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La época de navidad se acercaba, podías ver por las casas los arreglos colgando, la emoción de los niños por la llegada de Santa Claus, las calles cubiertas de una capa blanca helada, al igual que las risas y las bebidas calientes que acompañaban la época hacían una atmosfera idónea para el soñar despierto, sin duda una escena de fotografía digna de poder recordarse.

Me dirigí a mi cuarto para poder buscar mi diario, ya que tenía tiempo que no lograba encontrarlo, y quería escribir en el sobre lo acontecido en los últimos meses, al entrar me llevé una grata sorpresa al observar un avión de papel sobre el piso debajo de mi ventana.

Sonreí por inercia al tomar entre mis manos aquel papel perfectamente doblado y mi vista dirigirse hacia la ventana de enfrente.

Al abrir la hoja dos boletos cayeron hacia el suelo; al tomarlos y notar su contenido me sorprendí y sonreí- eran boletos para el parque de diversiones.

Mi vista se alzó de inmediato hacia la ventana y para mi sorpresa Alex se encontraba ahí, recargado sobre el marco de su ventana mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.

El alzo su pulgar y yo solo asentí dando pequeños saltos de la emoción, porque sería la primera vez que iría a un parque de diversiones, aunque si, se lo que piensas, es demasiado riesgoso y debería pensarlo dos veces.

Pero en este momento querido lector, solo podía pensar en algo – iba a poder estar a solas con el-

Tal vez suene en este momento como un loco desquiciado, pero te hablo como un chico enamorado que siempre soñó despierto incontables veces, salir con Alex, poder subir a una rueda de la fortuna y estar ahí- en el punto más alto.

Mientras escribo esto querido lector, viene a mí el sueño de estar sobre la rueda de la fortuna viendo el ocaso caer sobre la ciudad, ver como todo a mi alrededor se va iluminando por la noche. Mi corazón late con fuerza, ya que de alguna manera es como si supiera que el ocaso es la hora perfecta para poder decir adiós.

Hasta este momento sigo tratando de pensar cómo es que Alex había atinado a esto, como si el supiera mis secretos más profundos, de alguna forma pienso que Alex llego a mi vida para tal vez poder sacarme de esa zona gris y solitaria; como si fuese parte del destino o una broma mal jugada de la vida la que hacía que el involuntariamente el hiciera todo esto, y lo mejor era que yo podía sentir que él lo hacía por mí, solo para que yo pudiera sentir que este momento era mío, y de nadie más.

-Gracias- le susurre sin que se diera cuenta y el solo sonrió y desapareció de la ventana para poder continuar con sus cosas, a lo que acto seguido yo continue.

Baje a la sala donde mis padres miraban la televisión, ambos abrazados- se veían cómodos y parecía que disfrutaban del momento. Mi madre al verme parado ahí al pie de las escaleras me sonrió y animo a acercarme para poder ver la tele con ellos, por alguna extraña razón mis manos comenzaron a sudar y mi pierna a temblar.

Mire entre mis manos el boleto que yacía aferrado a mí, suspire hondo y llame la atención de ambos. Los dos me miraron, al alzar la vista me tope con los ojos cálidos de mi mama y supe que pasara lo que pasara ella comprendería y aceptaría, lo cual me animo a poder continuar.

Mi padre noto que entre mis manos tenían un pedazo de papel- ¿Qué es eso? Acaso has escrito un poema para ambos. - dijo con tono de broma a lo que hizo que el ambiente se relajara.

-Papá, mamá, Alex acaba de invitarme a salir- Al escuchar aquello, los dos sonrieron y me acercaron albergándome en un fuerte y cálido abrazo.

Podía sentir el cariño y emoción de mi madre, rápidamente tomo mi cara entre sus manos para mirarla fijamente- Por dios Tian esa es una excelente noticia, mi niño por fin esta saliendo con el chico que tanto babea tras la ventana- mi padre rio ante el comentario de mi mamá.

LOS DESEOS DE MORFEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora