Recordaba aquel día como el peor de toda mi existencia.
Las palabras se atoraron en mi garganta, los ojos comenzaron a escocerme y las lágrimas amenazaron con salir, esto no podía estar pasando, no a mí.
Todo por lo que había luchado, la razón principal por la cual decidí irme a miles de kilómetros lejos de mi familia y el futuro que había planeado con tanta delicadeza y esfuerzo se desmoronó justo frente a mis narices.
—Se acabó Avril —afirmó Nath con enfado.
—No hagas esto Nath, por favor —rogué con el corazón en la mano.
Él me observó de una forma que jamás había visto antes, con tristeza, enojo, decepción y una pizca de lástima. Busqué sus ojos prófugos que insistían en escapar de mí mientras alzaba la mano para cubrir su mejilla.
—Nath, por favor.
Suspiró exhausto, colocó sus dedos entre los míos y unió nuestras frentes al cerrar los ojos.
Cada respiración dolía como el infierno.
El primer año en la Universidad había sido muy duro para ambos, apenas nos veíamos o cruzabamos palabras, nuestras carreras eran opuestas en todos los sentidos y su facultad quedaba casi a dos horas de la mía. Intenté mantenernos a flote, pero se sentía como ir y venir en medio del océano con la incertidumbre de que pudiera comenzar una tormenta y terminarnos hundiendo.
Honestamente, no creí que pasaría.
—Podemos resolverlo amor, confía en nosotros —pedí con la esperanza de hacerle cambiar de idea.
Entonces se apartó, mis piernas flaquearon y me sostuve del mueble a mi derecha, mi vida entera se estaba desmoronando. Por más que intentaba reconstruirla aquello se me escapaba de las manos.
—¿Qué hice mal Nath? —pregunté cuando se alejó dispuesto a irse —¿En qué fallé?
Negó suavemente mientras aún se encontraba de espaldas, tomó la chaqueta que había tirado al suelo y giró el rostro suavemente, lo justo para verme sin llegar a voltearse.
—Cuídate Avril.
Y sin más salió del apartamento, dejándome vacía, destrozada y con el alma hecha pedazos.
—!¿CÓMO PUEDES TIRAR A LA MIERDA TRES AÑOS DE RELACIÓN NATHANIEL?¡ —grité con tanta fuerza que la garganta comenzó a arderme por el esfuerzo.
Vociferé al vacío varias veces, hasta que mi voz se convirtió en un susurro y me dejé caer. Todo empezaba a carecer de sentido. Las ganas de volver a casa me martilleaban el cerebro hasta hacerme enloquecer.
Lloré hasta al amanecer.
Nathaniel me había dejado, el hombre de mi vida y mi primer amor se habían ido. Crucé un continente entero por él y me abandonó.
Necesitaba la sopa caliente de mamá y el abrazo reconfortante de mi padre diciendo que todo estaría bien. Anhelaba mi hogar, estaba en una ciudad totalmente desconocida, sin amigos, sin Nath, sin mi familia, estaba sola. Completamente sola.
Por su culpa, había dejado de acercarme a la gente, por sus celos, por su desconfianza, para que todo estuviera bien. Al principio, mi mundo giraba alrededor suyo, tiempo después se había convertido en mi mundo entero.
Y ahora que se había ido las esperanzas de sobrevivir se volvían nulas. La cabeza me daba vueltas, no tenía idea de lo que vendría después, o si habría un después.
Albergaba la ilusión de que fuera otra de nuestras tontas peleas, y entonces esperé, la primera semana le estuve enviando mensajes todo el tiempo, no respondió.
La segunda semana fue la más difícil, las opciones se me habían agotado, no me devolvía las llamadas y había bloqueado mis mensajes.
A la tercera semana, no volví a insistir.
Nathaniel Bernoulli se había largado de mi vida, y lo había hecho para siempre.
Gracias por leer <3
ฅ^•ﻌ•^ฅ¿Qué comienzo tan fuerte verdad?
Hasta a mí me dolió el corazón
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La Ecuación de Dirac l En Proceso l
Random" Si dos sistemas interaccionan entre ellos durante cierto período de tiempo y después se separan podemos describirlos como dos sistemas distintos, pero que de forma sutil se convierten en un sistema único " Disfruta la historia ❤️