𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁

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────୨ৎ────

El bar que visitó Sunoo, era uno que conoció en su etapa universitaria.

Un bar escondido a la vista de las personas, ubicado en pleno centro de Seúl. Su único acceso fue mediante un callejón oscuro e intimidante, casi dejando pensar que allí no había más que basura. Para al final, llegar a una puerta donde mediante una identificación podrías ingresar. Un bar dónde las personas podrían tomar y beber sin consideración. Siendo este un lugar apto en dónde Sunoo no se sentía expuesto.

¿Quién de esas personas podrían reconocer al vicepresidente de una empresa? Nadie.

Su rostro no era conocido salvó en los lugares donde las conversaciones de economía y finanzas eran lo primordial, en las cuales el apellido Kim resaltaba.

Sin embargo, por esa excesiva confianza fue que cayó ante Jungwon, un trabajador de la empresa. Sunoo está vez sería un poco más perceptivo, cometer el mismo error no estaba en sus planes.

El sonido de la música, los cuerpos moviéndose en medio de la pista, las luces neon girando en un vórtice intermitente. Sunoo bebió lo que restaba de su bebida mientras permaneció sentado en la barra, intentando buscar con la mirada una figura apta a sus estándares.

El aburrimiento trazando sus facciones al no captar algo interesante. Girandose para pedir otra bebida al barman, que captó su mirada al instante.

—¿Otro Aperol?

Sunoo negó, colocando la copa vacia encima de la barra oscura.

—Un negroni. Con hielo y gin London Dry.

—¿Tanqueray o...

—Tanqueray. —respondió mientras apoyaba su rostro en su mano.

Ese día no estaba saliendo nada bien, habiendo tomado ya sus 4 aperol y esperando el negroni. Si al terminar esa bebida no había encontrado a nadie definitivamente estaría en problemas, aunque en parte Sunoo entendía la falta de parejas a la vista.

Después de todo, ¿Quién se fijaría en un hombre adulto de porte esquivo?

Era razonable. Sunoo no tenía posibilidades salvó las de personas con gustos cuestionables.

—Hola, por favor, dos margaritas con hielo, gracias.

Una voz gatuna pidió. Sunoo la reconoció al instante, escuchando entre todo el sonido y teniendo el ambiente oscuro con leves colores neones, como el híbrido gato parecía esperar por la bebida.

Por ambas bebidas.

Sunoo giro su cabeza hacia el lado opuesto, intentando ocultarse tras el hombre robusto que estaba a su lado. Separandolo de la vista de Jungwon.

¿Así que a eso se refería con salir con Kitty? ¿Qué clase de cita era esa? ¿No deberían ir a una cita en un elegante restaurante?

Se presiono el entrecejo con sus dedos mientras se recriminaba haber sido tan estúpido. Por supuesto que existía la posibilidad de que se tope con Jungwon es ese bar. Después de todo, Jungwon lo frecuentaba. ¿En qué estaba pensando?

Sunoo sacó su tarjeta para pagar el pedido e irse, no quería que Jungwon pensara que estaba buscándolo o más cosas irritantes que lo hacían ver como un rogón.

El hombre sentado entre ambos recibió su bebida y pronto se fue.

—¿Oh? Que gran coincidencia, jefe Kim. —pronunció Jungwon y Sunoo sintió como sus músculos se tensaban al sentirse reconocido en la oscuridad. Su rostro se giro en dirección a la voz con sorpresa fingida. Los ojos del gato lo miraron con diversión— ¿Acabas de llegar? ¿Por qué no me dijiste que ibas a venir?

cow ⭑ 𝘀𝘂𝗻𝗼𝗼 𝗵𝗮𝗿𝗲𝗺.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora