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El atardecer llenaba el cielo de sus brillantes colores rojizos, la primavera estaba llegando a su fin y los jardines de la UA lo demostraban, los hermosos arboles de cerezo habían perdido sus flores y colores.
La mayoría de ellos ya se encontraban sin las características flores rosa, repletos de verde oscuro señal de que el verano se acercaba.
Debajo de uno de estos hermosos árboles se encontraba un rubio cenizo, mirando con suma concentración una de las ramas del imponente árbol.
Su mente era un caos, todo lo que había vivido en los últimos meses había sido un caos, no entendía como tantas cosas pudieron haberles pasado a unos simples niños de primer año, era totalmente ridículo e imposible, estaba seguro de que ninguna generación de alumnos de la UA había experimentado tanto caos y estrés en un tiempo tan record.
Miro con más atención el árbol que tenía al frente, noto como una pequeña flor necia se negaba a caer y darle paso a la siguiente estación; bufo con una diminuta sonrisa una idea muy loca se le había cruzado por la mente, haciéndole olvidar sus preocupaciones.
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—¿Qué te paso?– cuestiono con preocupación.
Katsuki lo observo detenidamente, sus brillantes esmeraldas lo examinaban de pies a cabeza, su manos se colocaron sobre sus mejillas tratando de escudriñar más a fondo los rasguños, era como una madre que encuentra a su hijo rasguñado después de dejarlo salir a jugar.
—Tuve una pelea– susurro bajito.
Aun así el pecoso lo pudo escuchar y el rubio noto como su expresión se arrugo en más preocupación, soltó una pequeña risa por ello, de verdad que trataba de contenerse y no devorarlo a besos, tenían un trato mantener sus sentimientos ignorados hasta que todo volviera a su ritmo normal, aun habían quedado secuelas de la reciente guerra.
De verdad, que él hacía todo para contenerse, pero las atenciones que el pecoso tenía con el no ayudaban, no dudaba en que el resto ya había notado el cambio en ambos, él podía justificarlo en que después de su disculpa decidió ser un mejor amigo del pecoso, era extraño sí, pero hasta ahora todos se lo habían creído.
