Sinfonía de Dos Almas

3- Tomar o dejarlo todo

Pov Chiara:

Un día como hoy, hace no más de 3 años conocí a la persona más odiada por mis amigos y círculo cercano, mi ex novia Nicole. Eramos a vista de todos la pareja perfecta de toda Menorca, mis padres la adoraban casi tanto como yo a ella. Habíamos hecho muchos planes de futuro, incluso habíamos de hablado de cuando yo entrase en la ESMUC iríamos a vivir juntas y tendríamos un pisito cálido lleno de plantas con un perrito llamado "Samy" y que viviríamos aquí, en Barcelona, nuestro amor que jugamos que sería para siempre. Bueno, pues no siempre las cosas terminan como una las planea. No mucho tiempo después de año nuevo, tuvimos una pelea más fuerte que el resto de nuestras discusiones. Habitualmente, solíamos arreglar los problemas rápida y fácilmente, de una manera de la cual no voy a dar detalles ahora mismo...El caso es que esa era nuestra manera de resolver las cosas, siempre que había desconfianza por parte de alguna de las dos, esa tensión de ira y rabia acumulada la descargabamos teniendo nuestras sesiones de sexo. Ahora que lo pienso, con Nicole nunca llegue a hacer el amor como una pareja normal, todo era producto de tensiones acumuladas del día entero y cuando lograbamos vernos, soltabamos todo de aquella manera. Bueno, un día todo llegó a su fin y fue ni más ni menos que por su culpa.

Habíamos quedado con nuestro grupo de amigos que, en gran parte eran más amigos de ella que míos, según ella yo no podía tener más amigos que no fueran los que ella conociera o escogiese. Era una fiesta en una casa la playa que pertenecía a un amigo de Nicole, lo típico en el final del verano. Yo me encontraba bailando con varias personas en el centro de la casa, y hacía más de media hora que no veía a Nicole por allí. Decidí subir a la parte de arriba de la casa. Error mío. Nunca debí haber asistido a esa fiesta, ni a esa casa, ni haber subido al segundo piso, ni mucho menos abrir esa maldita puerta. Me hubiera quedado mejor sin ver esa imagen y lo peor es que a día de hoy la tengo grabada en la retina y no puedo sacarme ese momento de mi cabeza. Cuando llegué a la planta de arriba, no oía absolutamente nada, así que me dispuse a bajar y seguir buscando a mi querida novia. Pero justo cuando fuí a bajar las escaleras, escuche unos murmullos provenientes de una habitación al final del pasillo, murmullos que a medida que me acercaba se convertían en susurros largos y cansados. Me imaginé que tal vez eran unos amigos de Nicole pasando el rato, ellos eran muy de necesitar ese tipo de contacto a todas horas. Pero para mí sorpresa no fue así. Cuando ya estuve totalmente cerca pude diferenciar y oír la voz de Nicole, entre jadeos y gemidos, en ese momento mi vista se volvió nublada y apenas podía pensar con claridad, mis manos temblaban y solo pude hacer una cosa. Sin pensarlo mucho abrí esa puerta del demonio y me encontré la escena que había estado intentando evitar a toda costa desde el primer momento que escuché esos murmullos lejanos. Allí estaba ella, con un chico rubio de no más de 1.75, ambos bajo una sqbana que gracias a dios cubría gracias a Dios sus cuerpos seguramente desnudos y la cara que puso cuando me vió allí parada. Se quedó totalmente pálida, pero luego cambió a una expresión más extraña, y continuó besando a aquel tipo. Parecía estar disfrutándolo. Yo sin mucho más que hacer allí baje casi corriendo las escaleras y salí lo antes posible de esa casa, salí a la playa por la parte trasera de la casa y me quedé allí, sentada en la arena, mi cabeza daba muchas vueltas y miles de preguntas rondaban en mi mente.

En su momento lo vi como algo normal, estaba cegada por el amor, si así se podía llamar a algo tan repugnante como en lo que se había convertido mi relación con ella. Semanas más tarde la dejé yo por mi propia salud mental con ayuda de Ruslana, que era la única que sabía la realidad detrás de mi "perfecta" relación. Nicole me rogó no dejarle, pero me fuí sin más, dejé todo atrás y me mude a Barcelona. Y hoy tenía mi primer día oficial como estudiante en la ESMUC. A decir verdad, estaba un poco nerviosa, al cambiarme de ciudad y mudarme a un pequeño piso con mis mejores amigos, apenas he notado el cambio. Pero ahora, debo centrarme en las clases y no dejar que nada ni nadie me arruine el año que tengo por delante.