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♡‧₊˚ Una recopilación de One Shots qué me encontré en AO3.
♡‧₊˚ Dejaré el crédito a los respectivos autores.
♡‧₊˚ Recuerden solo son cubitos.
♡‧₊˚ Nuevo capítulo cada domingo.
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El corazón de Quackity se hundió al ver la imponente figura de Schlatt moverse entre la multitud con determinación. Los recuerdos de su tumultuoso pasado inundaron la mente de Quackity, provocando una mezcla de miedo, ira y arrepentimiento en su interior. Techno notó el cambio en la actitud de Quackity y siguió su mirada; su expresión se endureció ante el cambio en las feromonas de Quackity.
A medida que Schlatt se acercaba, los instintos de Quackity le gritaban que huyera, pero se obligó a quedarse quieto, con el cuerpo temblando de aprensión. La mirada de Schlatt se fijó en Quackity, con una sonrisa depredadora tirando de las comisuras de sus labios mientras intentaba acortar la distancia entre ellos.
Techno logró separar a Schlatt de Quackity, bloqueando la vista de Schlatt con su imponente altura. Schlatt se detuvo, su mirada castaña clavaba dagas en los ojos de Techno. "¿Quién diablos eres tú?", siseó Schlatt, tratando de esquivar a Techno para llegar al omega que estaba detrás de él. Techno agarró el brazo de Schlatt, empujándolo hacia atrás con más fuerza de la que pretendía.
La sonrisa petulante de Schlatt se convirtió en un ceño fruncido mientras empujaba a Techno hacia atrás. "¿Quién diablos te crees que eres?", gruñó, inclinándose hacia un lado para mirar a Quackity. "¿Esta es la nueva perra con la que te estás acostando? ¿En serio,mi calabaza?"
El estómago de Quackity ardía de asco y rabia por el viejo apodo. Le enfurecía la forma en que Schlatt lo degradaba con esa palabra, lo que lo hacía recordar a aquel Quackity débil de mente del pasado. Sus mejillas se sonrojaron de ira cuando salió de la barrera protectora de Techno. Techno intentó apartarlo, silbando: "Quackity, tienes que quedarte detrás de mí". Pero el omega lo ignoró y se puso frente a frente con Schlatt.
Schlatt sonrió y miró a Quackity de arriba abajo. "Ahí estás, cariño", ronroneó. "¿Decidiste no ser un maldito cobarde por una vez?"
Quackity lanzó un puñetazo antes de que pudiera siquiera darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Todo lo que podía sentir era el resentimiento ardiente en sus venas y el crujido que resonaba en sus nudillos.
Un fuerte jadeo se escuchó de la multitud que los rodeaba. Todos los ojos se dirigieron a Schlatt, que se retorcía en el suelo. A medida que la adrenalina se disipaba, el cuerpo de Quackity se sacudió. Se dejó llevar lejos de la multitud hacia la cocina, ignorando a quien lo estaba guiando, y se echó a llorar. Su mano se agarró del costado de la encimera de la cocina para evitar caer al suelo. Se le quedó la respiración atrapada en la garganta, sintiendo como si se estuviera ahogando con sus nervios y recuerdos.
