Era un día soleado en la Ciudad de México, pero dentro de Palacio Nacional, la atmósfera era densa con expectación.
El eco de los periodistas resonaba en el enorme salón, ansiosos por escuchar las palabras del nuevo presidente.
Tenoch Hernández Macuil acababa de tomar protesta como el presidente de México, y aunque todos sabían que era un hombre preparado, con una visión clara para el país, había algo más que muchos esperaban, conocer a su familia.
La ceremonia de toma de protesta había sido formal, como siempre. Tenoch, de traje blanco e impecable pero con bordados hechos por el mismo honrando a su tierra natal y sus raíces, iba con una mirada segura, había dado su discurso con firmeza y convicción.
Pero ahora, en su primera rueda de prensa como presidente oficial, se enfrentaba a un desafío personal. No político, sino íntimo.
Durante años, había logrado mantener su vida familiar alejada de los focos mediáticos y que se mantuviera en total secreto pero sabía que hoy, más que nunca, tenía que ser transparente y honesto para poder gobernar como se debe.
Al entrar al salón de prensa, las cámaras lo siguieron, los flashes cegadores iluminando su rostro.
Algunos estaban principalmente sorprendidos por el hecho de que Memo estuviera presente junto a él.
Memo era conocido como un gran músico icónico de la época del rock en español y también como un activista de los derechos LGBT+ bastante respetado y querido.
Tenoch caminó con paso seguro hacia el podio, acompañado por una sensación de orgullo y calma.
A su lado su esposo lo miraba con una sonrisa que solo ellos dos entendían.
Llevaban una década casados, pero más de treinta años de conocerse y amarse, desde aquellos días donde casi se va a la mierda todo por unas desiciones apresuradas, de cuando sus sueños parecían lejanos pero no imposibles.
Detrás de ellos, dos adolescentes de 13 años, Galia Itzel Palacios Hernández y Citlali Giselle Hernández Palacios, las hijas que habían adoptado hacía ya dos años.
Las niñas estaban nerviosas, pero sabían que su papá, el presidente, estaba a punto de hacer historia.
No solo como el primer hombre abiertamente homosexual en llegar a la presidencia de México, sino como un hombre que amaba a su familia por encima de todo y ellas lo sabían.
『••✎••』
Tenoch se aclaró la garganta y miró a la multitud de reporteros.
-Muy buenas tardes a todos. Antes de continuar con los asuntos de Estado, quiero hacer un anuncio personal. Algunos de ustedes ya lo saben, pero para aquellos que no, me gustaría presentarles a mi familia ya que consideró que la honestidad debe ser lo más importante durante mi mandato- Dijo recién inició su monólogo.
Las cámaras inmediatamente se enfocaron en Memo y las niñas. Galia e Itzel sonrieron tímidamente algo austadas, mientras Memo les dio un pequeño apretón en los hombros para calmarlas.
—Esta es mi familiaMis dos hijas, Galia y Giselle, a quienes mi esposo y yo adoptamos hace dos años. Y mi esposo, Guillermo Palacios, con quien he compartido mi vida durante más de treinta años, y con quien llevo casado diez de ellos- Dijo Tenoch con serenidad
Un murmullo recorrió la sala. Algunos periodistas ya conocían la relación, pero muchos no realmente eran sólo dos quienes si sabían de este matrimonio.
Las manos de los reporteros se alzaron, buscando obtener respuestas y otras cuantas querían soltar veneno.
-Señor presidente ¿cree que el hecho de estar... con otro hombre afectará su capacidad para gobernar? ¿No teme el rechazo de sectores conservadores- Comenzó un periodista desde la primera fila
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Simplemente Amigos (Memoch) "Nadie nos va a extrañar"
FanficUna historia bien cursi donde nada muy muy malo pasa, llena de algunos incorrect quotes y One-shots de esta bonita pareja. Basada en la serie de prime video "Nadie nos va a extrañar'