(punto de vista de Johan Liebert)
Kiyotaka y yo caminábamos por los pasillos de la Advanced Nurturing High School con la misma tranquilidad que cualquier otro adolescente. Nuestra conversación, por trivial que fuera, parecía normal a simple vista. Hablábamos sobre cosas sin importancia: el clima, las instalaciones, los otros estudiantes. Todo un ejercicio de simulación de lo que se esperaría de dos jóvenes que acaban de llegar a su nueva aula. Pero en el fondo, ambos sabíamos que nuestras mentes operaban en un nivel muy diferente al del resto.
El edificio de la Clase S, reservado solo para nosotros dos, se erigía con una calma casi inquietante al final del pasillo. Al llegar, lo primero que hice fue observar todo con meticulosidad, tal como había hecho en cada lugar nuevo en mi vida. La estructura del aula, su distribución, la cantidad de ventanas y, por supuesto, las cámaras de seguridad discretamente ubicadas en las esquinas. Kiyotaka probablemente estaba haciendo lo mismo a su manera, cada uno calculando los ángulos, el espacio y lo que podría significar el hecho de que estuviéramos aislados del resto de los estudiantes.
En la puerta nos esperaba Tokinari Tsukishiro. Un hombre que, bajo su aspecto afable, escondía un conocimiento profundo sobre lo que realmente ocurría en la White Room y en esta escuela. Al llegar frente a él, no mostraba ninguna expresión más allá de una sonrisa cortés. Mi vista se movió más allá de él, hacia el interior del aula. Un espacio amplio y moderno que, aunque vacío, irradiaba una sensación de control. Sería nuestro lugar durante los próximos tres años, un escenario perfecto para las pruebas que Atsuomi había planeado.
-Bienvenidos a su nueva aula, Johan, Kiyotaka -dijo Tsukishiro con un tono relajado, pero sus palabras estaban cuidadosamente medidas-. Como sabrán, mi función aquí es mucho más que la de un simple profesor. Seré el intermediario entre ustedes y las pruebas que el señor Atsuomi ha preparado.
Nos indicó que entráramos al aula, y lo hicimos sin decir una palabra. Cada paso que dábamos era una nueva capa de observación. Al entrar, observé los detalles menores del espacio: la suavidad con la que los pasos resonaban en el suelo, las sutiles vibraciones en el aire que indicaban sistemas de vigilancia ocultos. Era casi seguro que cada movimiento aquí estaba siendo monitoreado.
-Para empezar -continuó Tsukishiro-, el señor Atsuomi ya ha decidido cuál será su primera prueba. La tarea es simple: deben ser la clase con la mayor cantidad de puntos cuando se revele el sistema de jerarquía de clases y puntos. El fracaso en esta prueba no es una opción.
No era necesario que lo dijera explícitamente, pero lo hizo de todos modos. Expulsión inmediata. Esa palabra resonó en el aula vacía, aunque, para nosotros, no era más que otra formalidad. No esperábamos fallar. Al fin y al cabo, no estábamos aquí para competir en un simple juego de clases. Estábamos aquí para demostrar nuestra superioridad.
Kiyotaka, como era habitual, no dijo nada en respuesta. Solo me miró de reojo, confirmando que ambos habíamos comprendido lo que se nos pedía. El aburrimiento en nuestros rostros probablemente era palpable para Tsukishiro, pero él no mostró ninguna reacción visible ante ello. Estaba acostumbrado a nuestra indiferencia ante tales desafíos.
-Muy bien, eso es todo por ahora -finalizó Tsukishiro, dándonos una última mirada evaluativa antes de salir del aula-. Espero grandes resultados de ustedes dos.
Una vez que el aula quedó vacía, tanto Kiyotaka como yo nos miramos por un momento. Ninguna palabra era necesaria; la sincronía entre nosotros era perfecta. Sabíamos exactamente lo que teníamos que hacer, y lo que significaba esta primera prueba. Sin más, abandonamos el aula y comenzamos nuestra caminata por los pasillos nuevamente.
(Punto de vista de Ayanokouji kiyotaka)
Mientras Johan y yo caminábamos por los pasillos de la Advanced Nurturing High School, nuestras miradas se movían sin esfuerzo, observando tanto a los estudiantes como a las instalaciones que nos rodeaban. Las conversaciones que se susurraban a nuestro alrededor parecían insignificantes a simple vista, pero cada palabra, cada gesto, nos proporcionaba más información de la que cualquiera podría imaginar.
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Johan Liebert reencarnando en Classroom Of The Élite
FanfictionJohan Liebert y Ayanokouji Kiyotaka, dos genios moldeados por la cruel White Room, son enviados a la Advanced Nurturing High School. En la misteriosa Clase S, enfrentan pruebas más difíciles que los demás estudiantes, mientras descubren los secretos...