Capítulo 1-

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Ciara Bennett (04 de Febrero 2022, un mes y dos semanas antes)

-Adelante Ciara, es tu turno- habló mi maestra Sandra, así que con temor pasé al frente.

En mi carrera era normal y cotidiano pasar al frente para presentar una obra, donde recibirás críticas tal vez no muy buenas. Pero, a pesar de lo frecuente que era, me moría de nervios y pánico, aunque lo sabía aparentar muy bien.

Caminé entre los asientos, mi lienzo ya estaba al frente, como en cada presentación, y mis compañeros ya comenzaban a murmurar cosas que me eran inaudibles.
Expliqué mi obra con un buen tono de voz y mostré los elementos y detalles, así como los materiales y las técnicas que yo utilicé.

Últimamente me sentía un poco perdida en mi arte, no tenía mucha inspiración, sentía que necesitaba algo que me hiciera salir de mi zona de confort, una nueva experiencia.

La maestra Sandra se quedó callada un momento, no me asustaba ya que no era algo nuevo, siempre analizaba todo lo que conformaba las piezas.

-Puedes sentarte- dijo después de soltar un quejumbroso suspiro.

La miré algo confusa pero preferí no preguntar.

-¿Eso es todo?- preguntó Lauren inquietantemente, me quedé parada esperando a que continuara - ¿No le dirá nada, maestra?-

Umm, ayuda, no estoy para aguantarla.

-No, por el momento- respondió la maestra calmada.

-¿Por qué no lo haces tú?- pregunté seriamente.

Todos regresaron la mirada a Lauren. Una chica de complexión bajita, rubia y muy delgada, con labios delgados, y un genio que todo le molestaba.
Acostumbrabamos a llevarnosla… a no tratarnos, en realidad, solíamos chocar demasiado.

La rubia miró a la maestra, esperando a que me dijera algo, está sin embargo, ladeó un poco su cabeza permitiendo que la pequeña Lauren continuara con su crítica constructiva.

-Es una basura, no me genera nada, no empleaste más que una gama de color, tiene demasiado movimiento, mucha textura, y poca luz- terminó alzando las cejas con aires de superioridad.

Comúnmente ella trabajaba con técnicas sencillas y repetitivas, no salía de lo que sabía, no experimentaba, no intentaba más allá de lo que en algún momento le dijeron que le salía bien.

-Gracias por tu agradable crítica, compañera, fue totalmente inspiradora- respondí sarcástica, todos soltaron una corta risa.

-Esperaba más de ti, eso se ve tan sencillo de hacer- atacó y comenzaba a sentir mi sangre arder.

-Demuestrame que lo puedes hacer mejor- hablo enojada, la clase se calló notando cómo esto comenzaba a dar otro giro.

La rubia se quedó callada, respondiendo con su silencio, sonreí amargamente y negué con la cabeza.

-A la mierda tú y tus obras, no me plasmes lo que puedo ver con mis propios ojos, dame algo sosprendente, que tenga cualidades únicas… aunque, bien dicen que los artistas se reflejan en sus obras ¿No? Y tus obras son totalmente tú, tan simples, sin nada espectacular, así que te jodes tú y tus críticas estúpidas que ni siquiera me aportan nada- respiré profundamente cayendo en cuenta de ese vómito verbal -solo hablas por hablar- terminé en voz baja y miré a mi maestra, algo enojada me hizo una seña para que me fuera a sentar.

Después de un rato la clase terminó, guardé mis cosas no sin antes recibir una mirada de odio por parte de mi rubia compañera, a la hora de salir la maestra dice mi nombre llamando mi atención, me acerco a ella algo nerviosa.

"𝐸𝑙 𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑟𝑡𝑒" Lando Norris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora