Pelusi, el valiente calvo del multiverso de los calvos, un día despertó con la misión de ayudar a todos los calvos del universo a encontrar su verdadero brillo. Con su gran cabeza reluciente y sus poderes de calvicie suprema, podía reflejar la luz del sol para iluminar cualquier rincón oscuro. Un día, mientras caminaba por las calles del multiverso, se topó con Kim, la vijita chorizera que, pese a su corta estatura y figura rolliza, tenía una presencia que no pasaba desapercibida. Con su corsetería que de alguna manera la hacía lucir igual de gordita, Kim procedía a interrumpir cada conversación a la que se acercaba con un "procede a" en cada frase. "¡Pelusi, procede a saludarme!", gritaba Kim con su voz chillona mientras Luna, su gato macho llamado irónicamente como la luna femenina, la miraba con lástima desde la distancia.Kim, creyéndose invencible gracias a su convicción de que repelía parásitos espirituales (cuando en realidad era ella el parásito más persistente), intentaba conversar con Pelusi sobre lo grandiosa que era en todo lo que hacía. "¡Mira, Pelusi, procede a escucharme cantar este cover de chichlebomba!" y comenzaba a desafinar horriblemente, a tal punto que las plantas a su alrededor se marchitaban un poco.Pelusi, paciente como era, decidió intentar enseñarle algo sobre cómo encontrar su verdadera luz interior, como él había hecho con su calva brillante. Sin embargo, Kim ya estaba en otro planeta. De pronto, procedió a entrar en una realidad alterna donde ella era la protagonista de un drama adolescente, con el único problema de que seguía siendo la misma vijita chorizera, solo que ahora todos los personajes del drama se reían a sus espaldas.Mientras tanto, Pelusi se dio cuenta de que Kim tenía un extraño poder: podía cambiar de personalidad de manera tan brusca que, de repente, estaba intentando ligar con una morra que ni siquiera estaba ahí. "Procede a decir que soy irresistible", murmuraba Kim, olvidando que hablaba con su gato Luna."Kimamaste", repetía a sí misma, como si fuera un mantra, cada vez que algo no le salía bien. Intentó hacerle una limpia a Pelusi, usando un huevo, y declarando que iba a regresar todas las malas energías de su calvicie al universo. Pero, para su sorpresa (y la de Pelusi), todo el mal karma se le devolvió y la dejó con el cabello todavía más alborotado y desastroso de lo que ya estaba.Al final del día, mientras Kim seguía su vida caótica, chismeando y haciendo que la gente a su alrededor cuestionara su propia existencia, Pelusi decidió que tal vez, solo tal vez, esta peculiar vijita era la calva interior que él nunca supo que necesitaba. Porque, al igual que la calvicie de Pelusi que brillaba a pesar de todo, Kim también brillaba... aunque fuera con una luz chichlebomba de puro caos y desorden.Y así, Pelusi continuó su misión en el multiverso, llevando la luz de la calvicie a todos los que la necesitaban, mientras Kim se quedaba atrás, procediendo a hablar de sí misma a un ritmo imparable y cantando covers que nadie nunca quería escuchar.