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—Aquí dejo la carta, joven. Vengo en un momento a tomar su orden o puede llamarme si está listo.—Éste tipo de formalidades le hacen sentir incómodo, no es como los lugares a los que acostumbra ir, pero aún así trata de lucir natural y familiarizado mientras finge confianza al tomar el menú entre sus manos. Ha visto cómo le ha mirado el mesero los tatuajes, aunque solo se ven los de sus manos, no sabe si fue cuirosidad o realmente le estuvo juzgando. De soslayo mira a TaeHyung, parece demasiado ansioso mientras su pierna golpetea el piso en un movimiento rápido y constante, en ocasiones sus dientes juegan con su labio inferior, mira la hora de vez en cuando en su reloj y regresa la vista a la entrada, en un par de ocasiones a mirado su teléfono también.

JeonGguk es observador, recuerda la sospecha de su hermana y confirma que es así cuando TaeHyung se levanta de su propia mesa y camina hasta la del omega, se sienta frente a él y suelta un suspiro de cansancio.

—Me dejaron plantado—Confiesa, casi convincente, toma la carta de las manos de Gguk cuando éste no le presta atención por quedarse mirando al rostro del alfa en busca de algún signo que le indique que todo es ha sido una vil mentira.

¡Y lo tiene!

Toda la cara de TaeHyung grita nervios, mientras sostiene la carta, tratando de leer los platillos escritos e ignorar la atenta y fija mirada del menor.

—¿Qué?, ¿me puse muy guapo?—Intenta aligerar sus nervios, jugando un poco.

—Mentiste—Responde, es una afirmación, ya no tiene dudas, no cuando TaeHyung mira a sus ojos como si hubiese sido descubierto; y es que lo ha sido.

—¿De qué hablas?—.

—Tú sabes de lo que hablo—El mayor alza los hombros y niega.

—¿Ya sabes qué vas a pedir?—Cambia el tema.

—Si querías verme pudiste haberme dicho y no inventarte toda esta vergonzosa historia.

—¿Qué historia?—.

JeonGguk pone los ojos en blanco, cuando abre la boca para discutir, el mesero hace presencia.

—¿Todo bien?—Interroga. Desde lejos ha visto al alfa cambiar de mesa, al omega apelando y por pura caballerosidad quiere escuchar de parte del pelinegro que todo se encuentra en orden.

—Todo en orden—Responde TaeHyung—¿Puedes, por favor...

—Le he preguntado al omega—Dice, sin mirar a TaeHyung. JeonGguk mira al alfa que le ha cuestionando y después al que está sentado frente a él.

—S-sí. Todo bien—Está nervioso, no está acostumbrado a la atención y el hombre a su costado parece estar dándole mucho de ella.

—Perfecto, entonces, ¿están listos para ordenar?—TaeHyung carraspea, diciendo y señalando lo que más se le ha antojado, cuando se dirige a JeonGguk, éste se queda en blanco, así que el mayor se atreve a pedir por él. El mesero primero cuestiona al omega si es lo ideal para él, y solo asiente en respuesta, entonces el alfa se retira y JeonGguk decide seguir.

—¿Y las personas que planeaban reunirse contigo ya te dieron algún motivo de porqué no asistirán?—.

TaeHyung niega.

—Pero lo estoy esperando—Asegura, sin mirarle.

—Y mágicamente a todas las personas se les presentó algún inconveniente.

—La vida puede ser una coincidencia entera, príncipe. Además eran sólo dos personas, no eran una multitud.

—Eres un mentiroso—Dice finalmente, con la mirada en otro lado.

—¿Qué dije ahora?—Busca su mirada, pero no la encuentra.

—¡No hay personas viniendo aquí!, nunca las hubo. Tú te inventaste todo esto porque tu alfa necesitaba verme, tenerme de nuevo.

—¿Estás muy seguro de eso?—Interroga, arqueando una ceja.

—Pues sí, por cómo te me lanzaste ayer apenas entramos a la habitación sí.

—¿Y qué hay de ti?, ¿no me extrañaste?

JeonGguk alza los hombros.

—No lo suficiente como para inventar un tonto plan solo para poder verte y saltar sobre ti a penas estuviésemos solos.

—Tú realmente eres un caso...

—Y tú un mentiroso—.

—Bueno, ¿Qué hacemos entonces?, ¿Quieres que me marche?, ya no hay personas esperando por mí, ya no hay junta y no tengo un segundo motivo por el cuál quedarme aquí. ¿Quieres que me vaya?, ¿Me acompañas al hotel por mi maleta?

—Eres un dramático—Responde, no sabe si quiere desviar el tema porque no quiere darle una respuesta afirmativa o simplemente le ha salido la opinión del alma.

—No, respóndeme.

—¿Qué te voy a responder?

—Dime que me vaya.

JeonGguk lo mira a los ojos, un destello de burla en su mirada, TaeHyung está haciendo una escena de novela, Dios mío. Y él es absolutamente nada cursi.

—Vete—Responde, con facilidad y desinterés, riendo después cuando TaeHyung alza ambas cejas en admiración absoluta—¿Qué?, ¿Pensabas que me pondría de rodillas para rogarte que te quedes? No funciono así, Kim TaeHyung. Si tú tuviste qué armar todo un teatro para verme por no poder decir tu deseo, yo primer voy a perder la lengua por mis propios dientes antes de de decir que te necesito.

—Eres demasiado testarudo. Pero te apuesto a que tú vas a rogar primero por vernos.

—¿Quién inventó la excusa de la junta?—Cruza sus brazos, haciéndose el desentendido, no despega la mirada del alfa, sonríe con suficiencia y se recarga bien en el respaldo de la silla—Yo gané.

—¿Tú ganaste?, no, creo que estás equivocado. Tú estás más entregado que nadie nunca.

—Querrás decir mi omega.

tu omega eres tú. Te tengo en mi cama si lo pido, y te encanta estar ahí, ¿no?

JeonGguk le quema con la mirada, las mejillas se le ponen coloradas.

—Eres un idiota.

—Y tú un excelente omega. Mi buen omega, ¿No es así?—.

—Vete a la mierda—.

TaeHyung sonríe de lado, asintiendo.

—Y tú a mi cama—JeonGguk le muestra el dedo medio, poniéndose de peor humor cuando una señora de edad mayor se escandaliza ante el acto.

—De aquí me voy a mi jodida casa, no quiero verte la cara.

—Ya veremos eso...

Y está seguro, que los imanes no se despegan. Que JeonGguk está domesticándose a él. Y le encanta.

Los chicos lentos son tomados [TK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora