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Después de aquel abrumador mensaje de Jooyeon, Jungsu fue echo madre a dónde se encontraba su culito de aquellos años.

—¡Yang Jeongin!—.

El wey estaba en una esquina bien a gusto con un muchacho (Jooyeon). Jeongin volteó a verlo y ahí supo que le iba a cargar la chingada.

—No es lo que parece, gatito—.

—Gatito nada, cabron. Esto se acabó—. Dijo Jungsu de quince años.

El marihuano fue a seguir a Jungsu porque ya se estaba saliendo de la fiesta donde se encontraban. Jeongin le tomó la mano y sintió como estaba ardiendo del coraje. Lo miró a los ojos y notó como los jovencitos ojos de Jungsu comenzaban a lagrimear.

—Hey, hay que hablar. Tranquilo—.

—No quiero hablar contigo—.

—Pero yo si—. Jeongin se lo llevó casi casi arrastrando hasta su casa. Cuando llegaron ya eran altas horas de la madrugada. Se encerraron en la habitación del marihuano y el mismo comenzó hablar. —Oye, de verdad no sé que fue lo que viste, pero no me importa él a mí me gustas tú—.

—Wey, vete a la verga me mandaron fotos donde lo manoseabas y lo peor es que Jooyeon ni siquiera tiene buen culo como para andar manoseandoselo—.

Jungsu muy de a huevo se sentó en la cama de Jeongin aún con su corazoncito roto.

Él era su primer amor, el primer hombre que lo aceptó como era, el mismo hombre que cada que se besaban ponía a Zoé porque decía que la voz de Leon Larregui le daba las fuerzas que a él le faltaban.

—Jungsu, lo siento—. Volvió hablar el baboso. —Yo no sé porque lo hice, estaba drogado—.

—Tú también estabas drogado cuando me conociste, cuando me besaste y cuando me la cantaste, ¿Ahí tampoco sabías lo que hacías?—.

—Jungsu—. Él trato de tomar las manos de mi amorcito, pero nomás no se dejó.

—Nada de Jungsu, por favor. Me da asco solo de verte—. Jungsu agarró un par de cositas que dejó la noche anterior en la pocilga que este wey llamaba habitación y salió de la casa.

No sabía a dónde ir, se sentía humillado pues todos en la fiesta sabían perfectamente que ambos estaban saliendo. Al día siguiente todos hablarían de su relación.

En un punto Jungsu ya no pudo con más y se sentó en el piso de un parque a desahogar todas sus penas de niño de quince años.

Sin darse cuenta pasó casi dos horas llorando ahí hasta que una señora se acercó.

—¿Qué te pasó, muchacho? ¿Por qué tan triste a las siete de la mañana?—.

A Jungsu por supuesto que le dió toda la confianza del mundo, parecía que la señora vendía tamales en el parque porque estaba alistando todo.

—Mi pareja se besó con mi mejor amigo, señora—.

La señora creyendo ingenuamente que Jungsu se refería a la una muchacha le dió un par de consejos.

—Ay, mijo mejor búscate un trabajo y ponte jalar porque culos urgidos a esta edad hay de sobra—.

Esa frase en un futuro Jungsu se la tatuó en la nalga izquierda, pero al igual que el temor al compromiso se quedó para siempre.

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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Taquitos de barbacoa | Jungsu x Gun-il | [Xdinary Heroes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora