Capítulo 1.

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18 de Febrero 2024.
Las Vegas, Nevada.

Andrea sentía la ansiedad recorrer su cuerpo, su vuelo salía en menos de una hora y no había pasado aún por migración, además de que ninguno de sus amigos contestaba el teléfono.

—Juro por Dios que jamás volveré a hacer un viaje con ellos —suspiró frustrada en cuanto la operadora contestó con el típico mensaje de buzón de voz.

—Yo digo que los reportemos como niños perdidos.

—No digas mamadas, Juanfer —le reprochó Alexis —. Todos tienen ya Al menos 20 años, deberían hacerse responsables de lo que pase.

—¡Estamos aquí! —se escuchó a lo lejos y los tres giraron el rostro.

Hugo, Pedro, Jenn, Jesús, Isa y Fer corrían a toda velocidad con sus maletas en mano.

—¿Dónde chingados estaban? —los regañó Alexis.

—Perdón, fue mi culpa —respondió Jenn.

—Tardamos en encontrarla —siguió Hugo.

—Como sea, es hora de ir a migración o vamos a perder el vuelo —intervino Andrea y todos asintieron.

Llegaron al área y tuvieron que formarse, poco a poco fueron avanzando y conforme a la distancia iban sacando sus pasaportes y Visas.

—Pedro —lo llamó Jenn.

—¿Sí?

—¿Puedes fijarte si no dejé mi Visa en tu mochila? Es que no la encuentro en mi bolsa.

—Claro —respondió su amigo y buscó, pero no encontró nada —. ¿No se la diste a Chucho?

—Jesús, ¿No tienes mi Visa?

—No creo —también revisó pero no encontró nada.

La fila iba avanzando y la castaña comenzó a preocuparse.

—¿Qué pasa Jenn? —preguntó Andy.

—Te voy a decir algo, pero por favor, no te vayas a enojar.

—¿Qué pasa? —repitió con cierta preocupación.

—No encuentro mi Visa.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo que no?!

Uno de los policías encargados del área vio el comportamiento de las mexicanas y lo catalogó como una actitud sospechosa.

—Señoritas —se acercó y ambas sintieron el terror apoderarse de ellas —. ¿Todo en orden?

—Sí, todo bien —respondió la mayor con una sonrisa forzada.

—Documentación, por favor —pidió y ambas se miraron, Andrea entregó la suya, el oficial la revisó y se tranquilizó un poco al ver que todo estaba en orden con ella —. Documentación —repitió viendo fijamente a Jenn.

—Yo... la dejé en mi maleta, tengo que sacarla.

—Por favor, salga de la fila con sus cosas.

—Oficial, ¿Todo en orden? —se acercó Alexis.

—Necesito que la jovencita me acompañe.

—Es menor de edad —declaró Andrea.

—Entonces usted también vendrá conmigo —hizo una señal y dos oficiales más se acercaron.

—Hugo, quedas a cargo —informó Alexis, quién se fue junto a su esposa y la chica que estaba aguantando lo más que podía las lágrimas.

Los demás tuvieron que seguir, sin embargo, no estaban seguros de si tomar o no el vuelo.

—Por favor, entregue todas sus pertenencias —indicó una mujer y la mexicana acató la orden, seguido de eso, ella y su amiga entraron a una habitación, sin embargo, Alexis se quedó afuera por cualquier cosa.

—Jenn, tranquila, no va a pasar nada.

—Te juro que si tengo mi Visa, creí tenerla en el bolso pero me equivoqué, simplemente no sé dónde la dejé.

—Seguro en cuanto abran tu maleta la van a encontrar.

—Perdón por esto Andy.

—Tranquila, todo estará bien —la abrazó por los hombros y trató de darle consuelo.

Frente a ellas abrieron y revisaron la maleta, sin embargo, no se encontró aquel documento, por lo que procedieron a inspeccionar la mochila y bolsa también presente.

El pasaporte de Jenn apareció en la bolsa, por lo que los encargados de migración rápidamente comprobaron que era verdadera, pero la bendita Visa simplemente no aparecía.

Un documento un tanto arrugado y una billetera de hombre hicieron que Jenn frunciera el ceño.

—Señor, mire esto —dijo una de las oficiales que estaba revisando las cosas y el líder se acercó, revisaron aquellos objetos y luego vieron a la joven frente a ellos.

—¿Qué pasa? —preguntó la mayor.

—Tenemos que hacer un par de llamadas, pero de una vez le informamos que, de acuerdo a la ley de protección de menores, actualmente usted es sospechosa de secuestro.

—¡¿Qué?! —preguntaron las mexicanas.

Ay Jenn, ¿Y ahora qué hiciste?

¡A LA MEXICANA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora