Capítulo 4.

718 116 36
                                    

El sol en Cincinnati recién iba saliendo y a las orillas del río Ohio dos hombres se encontraban corriendo para no perder sus condiciones físicas.

—Entonces ¿Te casaste? —recordó Ja'marr y Joe asintió, el moreno soltó una carcajada y detuvieron su andar —. Jamás lo hubiera creído de ti, pero dime ¿Al menos es bonita? —cureosió y su amigo rodó los ojos. Se quedaron en un paque y comenzaron a hacer algunos estiramientos —. Teniendo en cuenta que lo hiciste en Las Vegas, imagino que fue con una modelo o influencer ¿No?

—No precisamente.

—¿No?

—En realidad, fue con una chica que prácticamente es menor de edad.

—¡¿Qué?! Hermano, ¡¿Qué hiciste?! —se exaltó con preocupación.

—Este año cumple 21 —añadió para tranquilizar a su amigo —. Pero es de diciembre.

—Igual que tú.

—Sí, ese es el problema.

—¿Y qué se supone que van a hacer?

—Primero tenemos que arreglar nuestros papeles y tengo que ayudarla a que consiga la ciudadanía.

—¿Por qué?

—Porque a pesar de estar "casada" conmigo, por todo el tema jurídico aún es una inmigrante y es ilegal que se haya casado con Visa de turista, así que voy a ayudarla para que no la encarcelen.

—¿Pueden hacer eso?

—Sí, porque no pueden deportarla.

—Vaya. Espera ¿De dónde es?

—México.

—Dicen que las mexicanas son bonitas.

—Supongo que no puedo negar que sí, lo es, pero también es muy pequeña.

—¿Qué son 7 años? —bromeó.

—No solo en edad, también en estatura, mide 1.58.

—Entonces procura no pisarla.

—Que gracioso.

—¿Y qué hay de ella? ¿De su vida?

—En México tiene personas que le ayudaron a transferirse a la universidad de Cincinnati, y yo tuve que mover un par de influencias para que la aceptaran en la modalidad en linea.

—¿Es estudiante?

—Así es.

—Cada vez la cosa se pone peor.

—Ni que lo digas.

—Volviendo al tema de la ciudadania, ¿Cómo le van a hacer?

—En teoría volveremos a "casarnos" en Abril pero ya con una solicitud bien hecha.

—¿Y tu plan es encerrarla en tu departamento hasta entonces?

—Aún no sé, es extraño.

—Me imagino, ¿Derek ya lo sabe?

—Sí, se lo tuve que confesar ayer, y hoy irá a conocerla.

—¿Tus padres lo saben?

—No, aún no me he sentido capaz de confesarselos.

—¿Y lo harás?

—Eventualmente.

—¿Qué hay de los viajes que hemos planeado?

—Ya veré que haré, pero trato de no pensar mucho en eso. En fin, lo mejor será que vuelva, esta mañana ni siquiera me despedí de ella.

—¿Puedo conocerla?

¡A LA MEXICANA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora