Capítulo 5.

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22 de Febrero 2024.

Joe terminó su sesión de fisioterapia para el fortalecimiento de su mano, por lo que tomó su celular y lo revisó antes de salir, frunciendo el ceño al ver que tenía un par de mensajes de Jenn.

Jennifer: He tomado prestado tu cesto para la ropa, tenía que lavar la mía.
Jennifer: ¿Podrías comprar fresas al volver? Muero por comer fresas con crema.
Jennifer: Por tu atención, gracias.

El castaño sonrió ante sus “ocurrencias mexicanas” por lo que aceptó cumplir su petición y pasó a comprar aquella fruta.

En cuanto llegó a su departamento la encontró en la sala, frente a la computadora de él, mientras parecía estudiar.

—Hola, volví.

—Hola.

—¿Qué haces?

—Tarea.

—Bien, por cierto ¿Ya tienes tu maleta para el fin de semana?

—Ya casi, ¿Por qué crees que tuve que lavar mi ropa? ¿Acaso olvidaste que solo tengo outfits para una semana?

—Ciertamente, sí —dejó las fresas en la cocina y posterior a eso se sentó a su lado —. Perdón por eso.

—No pasa nada.

—Te propongo algo.

—¿Qué pasa?

—En cuanto termines tu tarea iremos al centro comercial y compraremos ropa para ti.

—¿De verdad?

—Sí.

—Ahora has hecho que me sienta como cuando estaba en México.

—¿Por qué?

—Porque mi papá también solía llevarme a comprar ropa cuando terminaba de estudiar.

—Bueno, entonces acaba y yo mientras iré a bañarme, si me necesitas estaré en mi cuarto.

—Claro.

—Por cierto, tus fresas están en la cocina.

—Vale.

Se levantó y se fue, tomó una ducha y decidió que quería ver una serie, así que se acostó en su cama y prendió el televisor, sin embargo, entró una llamada a su celular.

—Diga.

—Joe, hola, ¿Estás ocupado? —preguntó Sam.

—¿Por qué? ¿Necesitas algo?

—Solo quería saber si ya tienes todo listo para el cumpleaños de Zach.

—Mierda —susurró y tocó el puente de su nariz.

—¿Lo olvidaste?

—Sí, lo siento.

—Sabes, Jess me advirtió que podías olvidarlo, así que fue bueno el haberte llamado.

—De hecho… tal vez ya no pueda ir.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Digamos que tuve un pequeño problema.

—¿Está todo bien? ¿O acaso sigues deprimido por Olivia?

—No se trata de eso.

—¿Entonces?

—Tengo una duda, ¿Jess irá al viaje?

—Sí y no, ya sabes que ella es de Phoenix, así que al.menos volará con nosotros, ¿Por qué?

—¿Tienen planes para esta noche?

—¿Por qué evades mis preguntas con otras preguntas?

—Solo respondeme.

—Estamos libres.

—¿Te parece si vienen a cenar? Prometo que acá les explicaré todo.

—De acuerdo, nos vemos en unas horas.

—Solo… ven con la me te abierta ¿Sí?

—Ammm, claro.

—Nos vemos.

Terminó la llamada y se dejó caer de nuevo en su cama, sin embargo, unos toques en su puerta lo hicieron ponerse de pie de lado.

Jenn llevaba la computadora de Joe en mano y estuvo a nada de soltarla debido a que el quarterback la recibió sin playera, haciendo que se sonrojara al instante y desviara la mirada.

—Aquí tienes tu computadora, gracias por prestarmela.

—Claro.

—Entonces… ¿A qué hora nos vamos?

—Hubo un cambio de planes, vendrán unos amigos a cenar.

—¿Qué?

—Toma —le devolvió la computadora —. Compra ropa en línea, ya después iremos de compras.

—Está bien —volvió a tomarla con un poco de desilusión.

—Jennifer.

—¿Sí?

—¿Qué te dije de andar por la casa descalza?

—Lo siento.

—Nuestros invitados llegarán en unas tres horas, así que tienes tiempo, pediré comida.

—Vale.

Joe asintió y cerró la puerta, por lo que la mexicana soltó el aire que había estado reteniendo.

—Madre Santa, está como quiere —susurró, aun impresionada por el físico del americano.

Sacudió su cabeza y se dirigió a su habitación.

Horas más tarde, Sam y Jess llegaron al departamento del castaño, se aseguraron de no llegar con las manos vacías, por lo que la rubia llevaba un pay de manzana.

—Chicos, les presento a Jennifer —dijo el anfitrión en cuanto la mexicana hizo acto de presencia —. Mi esposa —agregó y la pareja se sorprendió al instante.

—Ay Dios es un alivió —suspiró Sam —. Cuando dijiste que debíamos venir con la mente abierta creí que nos dirías que eras gay o que habías asesinando a alguien —terminó y su amigo rodó los ojos.

—Soy menor de edad —comentó la morena y la expresión de sorpresa volvió al rostro de los americanos.

—Este año ya cumples 21 —añadió el quarterback con los ojos entrecerrados.

—Es cierto, solo quería agregar drama —bromeó la castaña y se acercó —. Jenn, un placer —se presentó nuevamente y estiró su mano para estrechar la de ellos.

—¿Cómo? ¿Y cuándo? Pasó esto —habló por Jess.

—¿Les parece si primero nos sentamos? —propuso Joe y los cuatro pasaron al comedor.

Luego de una larga explicación, los amigos de americano lograron comprender la situación en la que se encontraban.

—Y por eso, no podré viajar.

—¿No se supone que tienes compromisos? —recordó Sam.

—Sí, pero no puedo, ni quiero dejar a Jenn sola tanto tiempo.

—¿Y si se queda conmigo? —ofreció Jess —. Será solo un par de días y así sirve que se despejan un poco de la tensión que claramente hay entre ustedes.

—¿Qué dices Jenn?

—Por mí no hay problema, de echo, creo que me emociona el hecho de conocer un poco más de USA.

—Problema resuelto —canturreó Sam.

“El matrimonio” se miró y Joe suspiró asintiendo.

—Supongo que todos iremos a Phoenix —terminó una pequeña sonrisa y la mexicana también sonrió.

....

Dedicado a CherryRdzOZ

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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