Benditas Sean Las Mariposas.

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Flufftober Día 1. "Primer día de novios".

Fandom: Harry Potter.
Pareja: Drarry.

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rowling. Aunque nieguenme qué Harry y Malfoy tuvieron tensión romántica de tercer año en adelante...

Los sentimientos humanos son cosas difíciles de explicar. Por ejemplo, la ira mal canalizada puede convertirse en un enorme berrinche o una pelea... O quizás en una explosión de magia no verbal qué termine inflando a tu tía y la mande a volar por todo Surrey. La alegría puede ser tan desbordante que logra que sientas que eres más grande que el mismo sol. Y el amor. El amor es el sentimiento más bello e inexplicable de todos.

El amor puede hacerte reír, llorar, gritar de euforia o dolor...

O puede hacerte lucir tonto. Patético, en palabras de Seamus. Nunca nadie había visto escena tal. El niño que vivió, nervioso. Las manos le sudaban, las rodillas estaban a nada de fallarle, tartamudeaba y abría y cerraba la boca, tal como si fuese un pez fuera del agua. La mano izquierda, cerrada con fuerza en un puño por detrás de su espalda, guardaba un pequeño discurso escrito por Hermione con una tinta resistente al agua... Y al sudor. La mano derecha portaba un lindo ramo de camelias blancas. Para cualquiera que conociese al derecho y al revés las tradiciones inglesas de antaño, sabría que, en el lenguaje de las flores, las camelias blancas simbolizan amor y pureza... Según le dijo Hermione.

En realidad, a Harry le importaban un comino las tradiciones inglesas de antaño. En ese momento, el nudo que se había instalado en la boca de su estómago iba subiendo lentamente hacia su garganta y su respiración se entrecortaba. Sin embargo, era un Gryffindor, y como tal, debía tomar coraje y encarar a la persona a quien quería dedicarle tan bello regalo.

Solo que había un pequeñisimo gran detalle.
El dueño de su corazón no solo era una de las personas más bellas de Hogwarts. También era sumamente popular. Además de ser pretencioso, presumido y un patán. Así es, hablamos de Draco "mi-padre-se-enterara-de-esto" Malfoy. Aun no sabía la razón correcta que lo llevo a enamorarse de él. Quizás era la forma en que se expresaba con soltura al hablar. El brillo de sus ojos cuando algo llamaba lo suficiente su atención. La manera en que aquella expresión facial de tener un limón metido en la boca cambiaba rotundamente a una mueca más serena cuando algo le transmitía paz. Las miles de horas compartidas más obligados qué por ganas cuando debían cumplir un castigo por armar pelea en el gran comedor. En fin, quizás una razón verdadera no tenía, pero sabía que estaba calado hasta los huesos por el rubio de ojos grises que en ese mismo instante lo veía directamente a los ojos con una mueca entre incrédula y petulante.

- ¿Al fin has decidido pedirle matrimonio a la comadrejita, Potter? - cuestionó Malfoy.

- N-no... Bueno, no pretendo pedirle matrimonio a nadie aún, en realidad. L-lo q-qué quie-ero decir, bueno, lo que quiero decir en realidad... Es que yo... Digo, t-tú... Bueno, yo... - rasco su cabeza. Abrió su mano para leer el pequeño discurso ensayado por horas delante del espejo, sin embargo, le parecía absurdo.

Draco decidió que era buena idea darle un pequeño, pero necesario, empujoncito al chico frente a él.

- Si, Potter, tú también me gustas. Anda ya, dame eso y acompañame.

Las mejillas de Harry se tiñeron instantáneamente de un color tan rojo como el cabello de Ron. Extendió el ramo de flores hacia Draco para posteriormente, tomar su mano y seguirlo. Benditas sean las mariposas que se arremolinaban en su estómago. Sentía algo similar a la emoción que experimento cuando subió por primera vez a su escoba.

Llegaron a un claro cercano al lago negro. Harry, al parecer, no era el único que había decidido dar el primer paso. Había un camino iluminado por pequeñas luces de colores que claramente fueron producidas por magia. Un espectáculo bellísimo a la vista. Una pequeña manta colocada en el césped con una canasta que seguramente llevaba alimentos en su interior y un lindo ramo de lirios rosados con una nota escrita a mano con una caligrafía impecable en la que se leía:

Con estas flores, te entrego mi corazón, mi vida, mi alma y mi ser, esperando que sea suficiente para hacerte feliz por el resto de nuestros días.

En un instante, la nota desapareció, y en su lugar, un pequeño dije de plata en forma de corazón se materializo entre las manos de Harry. Los ojos del muchacho se llenaron de lágrimas de emoción. Abrazó a Draco en automático y comenzó a llenarle el rostro de pequeños besos esparcidos por doquier, haciendo reír al otro muchacho.

-Supongo que esto está bien para nuestro primer día de novios, ¿no, Potter?

-Por supuesto. Tenemos el resto de nuestras vidas para cualquier otra cosa que se nos ocurra.

Un pequeño beso se instaló en su mejilla. Quien diría que las cosas le podrían salir tan bien... Por lo menos una vez.

¡Se logró, preciosas, preciosos y precioses! Pensé que no salía 😅.

Como ya les mencione, tenemos un día de retraso, por que todo se me puso patas arriba, así que trataré de publicar en breve el siguiente corto de esta colección, les juro que si la termino 😁

Como siempre, espero que les guste mucho. Cualquier recomendación, sean libres para hacerla, pero con tacto, qué tengo corazón de pollo como Penelope García 🥹

Nos leemos en seguida...

Flufftober 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora