𝗢𝟭𝟴 . . . . . . . . . . lamine yamal

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Dedicado a OdioFIQ12  uxigxkhxlhch  💗

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NA; ¡Se presentarán nombres de familiares!

O18. Diabólica. . . !!

«—diabólica, cada día te pone más exótica, soy el que te quita la ropita. »

A b i g a i l.

EL SOL PEGABA FUERTE CONTRA MI rostro aun así acelere mis pasos, que no fueron muchos, antes de pararme en la entrada de la puerta. Mis nudillos tocaron suavemente la madera delante mío antes de oír los ruidos tras de está.

La puerta se abrió dejándome ver a Sheila con una enorme sonrisa en su rostro.

—Oh Abi, que bueno que llegas —dijo mientras me dejaba entrar en la casa—, estaba apunto de llamarte.

Había sido vecina de ellos durante unos meses, y en las últimas semanas había sido la niñera del pequeño Keyne. Ésta mañana recibí la llamada de Sheila pidiendo que cuidara del pequeño el fin de semana ya que ella tendría que salir.

Antes de poder si quiera contestar escuché los pasos bajando por las escaleras. Por ellas bajaba el que había sido por un corto tiempo dueño de mis pensamientos más lascivos. Lamine bajo con pasos lentos sosteniendo entre sus brazos a su hermano quien solo levanto suano en saludo.

—Bueno creo que es hora de irme —dijo Sheila mirando su móvil—. Lamine irá a su entrenamiento entonces se quedaran solo tú y Keyne.

Camino hasta los chicos y dejo un beso sonoro en la frente de cada uno antes de salir. El ambiente se sentía tenso cosa que me incómodo en sobre manera.

Con los nervios a flor de piel, tome al niño en brazos y camine hasta la cocina. Mi corazón se aceleraba de tan solo pensar en entablar una conversación con el chico. Me pase por toda la casa intentando encontrar algo en que entretenernos pero fracasé en el intento. Rendida corrí de nuevo hasta la sala venido al chico sentado en el sillón.

—No muerdo eh —hablo, aunque su mirada no se movió del móvil.

—Uy que bueno, un problema menos —me golpeé mentalmente por el sarcasmo en mis palabras.

Y sin levantar la cabeza podía ver la sonrisa asomarse por sus labios. Sabía el carisma que tenía pero era yo la que no dejaba que fluyeran nuestras conversaciones.

—Pues creo que es hora de que me valla, y cuidado tal vez llegue hambriento y con ganas de morder —al pasar a mi lado sentí su fragancia entrar por mis fosas nasales. De igual forma que su madre se despidió del pequeño en mis brazos y salió por la puerta.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒; barça.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora