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O1O. Rápido o lento . . . !!
"-en la noches se me nota lo que siento por ti, hay que te diciéndonos que somo' anormale' siempre nos comemos como si fuésemos animales. "
Omnisciente.
Sentada a unos metros de él es como se encontraba Beatriz, lo observaba como si fuera la única persona sobre el planeta y es que para ella así era, Irene le hablaba sobre algo pero ella no le prestaba atenciones. Ellas estaban en el comedor mientras que Pau y sus amigos estaban en la sala.
Dejó que el esmalte rojo se deslizara por sus uñas mientras de reojo le miraba. Llevaba unos meses viviendo con los Cubarsí esperando a dar trámites para la adopción. Bra había quedado huérfana a los nueve años pasando la gran parte de su niñez y adolescencia en un triste y del orfanato. Hasta que habían llegado ellos sacándola de ahí, ella seguía sin entender el porque teniendo a dos hijos maravillosos.
Sopló sobre sus dedos intentado que el esmalte secara más rápido. Miró hasta Irene que ahora miraba su teléfono con aburrimiento.
-¿Que pasa?
La chica solo negó antes de la tarde del asiento y caminar hasta la puerta. -Tengo que salir un rato.
Le vio cerrar la puerta dejándola sola en el comedor, sin nadie con quién charlar tomó sus cosas y empezó a subir las escaleras con pasos pesados. Escucho las risas de los chicos abajo mientras jugaban vídeo juegos.
Entro en su habitación soltándose la trenza que le había tejido Irene por la mañana mirando como se empezaba a oscurecer el cielo por la ventana. Trono su cuello antes de quitarse la blusa dejándola sobre la cama quedando únicamente en sostén. Miró la puerta con su collar entre sus dedos, se tiró sobre la cama aún con el dije en sus dedos, cerro sus ojos empezando a bajar sus manos por su barriga.
Tiró de las pretinas de sus shorts bajando estos por sus muslos hasta tirarlos en el suelo. La ropa interior era lo único que cubría su cuerpo de la desnudes, acaricio con lentitud su abdomen. Abrió un poco las piernas comenzando a introducir sus dedos por las bragas, notando que se empezaba a mojar. Su mente viajo hasta escenarios imaginarios obscenos con la persona que se encontraba abajo, susurrando su nombre de vez en cuando.
Pau despidió al último de sus amigos notando que su hermano no estaba y mucho menos Bea. La noche había caído ya dándose cuánta que en no mucho llegarían sus padres, tomo un poco de agua antes de ir escaleras arriba con intención de entrar en su habitación.
Cuando paso por la de Beatriz escucho quejidos casi inaudibles tras la puerta de madera, el chico en su inocencia pensó que se trataba fe llantos por lo que decidió entrar suavemente en la habitación queriendo averiguar el porque del llanto. Cuando entro se quedó pasmado en su lugar viendo la rana frente a él, en la cama se encontraba una Bea casi desnuda con su mano metida entre sus piernas y la otra sobre sus ojos.
