Capítulo 13

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Mientras sucedía la "resurrección" de los muertos en el mundo de Harry y Severus, en los mundos de los Dioses finalmente había sucedido un pandemonio y nadie estaba seguro de que estaba pasando. Sin embargo, los artefactos activos recientemente eran la menor preocupación.

Había un pulso latiendo en las paredes y suelos de sus Reinos. Recuerdos que pensaban eran fantasías, estaban ocupando las cabezas de los Dioses hasta que finalmente algo sonó como si se rompiera. Como el chasquido de una cuerda al llegar a su máximo, una tela rasgándose, un cristal rompiéndose. Era un sonido distintivo pero ambiguo al mismo tiempo.

Pero una vez que sonó, todo se sacudió y rompió. Era como si sus Reinos se hubieran pulverizado pero estaban reformándose, mientras sus mentes se ponían al día con la multitud de recuerdos que les inundaban.

Cuando todo terminó, las mariposas que habían estado pululando se habían ido y sus Reinos estaban reacomodándose, pero había más Dioses.

—Bueno, había estado mucho tiempo inactivo, pero es bueno volver a casa—Aisha finalmente reconoció a su maestra. Gaia saludo a su aprendiz, ahora la diosa principal de la Vida.

—¿¡Maestra!? —Aisha estaba llorosa, pensando que todo podía desaparecer, pero Gaia simplemente abrazo a la pequeña diosa.

—Tranquila, ya todo pasó. Finalmente somos libres—.

—¿Somos? ¿Quiénes? —Gaia, que era una mujer morena y de cabello verde como el musgo, le sonrió a Aisha.

—¿Cómo que quienes? Tu familia, mi familia. Deja que te conozcan—.

Gaia entonces se hizo a un lado y Aisha observo a múltiples Dioses que ella desconocía y otros tantos que reconoció. Los dioses de la Vida habían vuelto a su Reino.

Mort estaba pasando algo similar cuando su maestro lo atrajo a un abrazo de oso y Mort pensó que no iba a poder respirar, lo que era irónico tomando en cuenta que no podía morir. Su maestro Thanatos finalmente había vuelto y ahora tenía una voz.

—Que ingratos son los estudiantes. Una vez que superan al maestro, se olvidan de ellos—Thanatos era de piel blanca y cabello negro, ojos a juego que parecían absorber la luz pero a la vez tenían destellos de brillo como una bóveda celeste. Si alguien viera a Thanatos, no podría decir si era guapo o intimidante.

Además, sus alas negras no ayudaban a verlo como alguien normal.

Una vez que logró zafarse del abrazo, Mort pudo hablar—Maestro, ¿A dónde se había ido? ¿Y cómo es que tiene voz? Yo lo recuerdo mudo y que siempre estaba debajo de una capucha enorme. Solo se veían sus manos como huesos y una guadaña—.

—Ah sí, eso. Bueno, ya llegaremos a explicar esa parte—Thanatos se veía incomodo, pero para Mort, eso era lo de menos.

—¿Por qué habla en plural? —.

Thanatos le sonrió a Mort—Nuestra familia fue liberada. Deja te los presento—.

Thanatos se hizo a un lado y dejó que Mort absorbiera la imagen a su alrededor. Múltiples Dioses que Mort pensó eran imaginaciones suyas, estaban ahí. Eran tantos que Mort quería llorar. Ya no estaba solo en sus obligaciones.

Esta historia se repitió a lo largo y ancho de los Reinos de los Dioses. Aquellos Dioses que por eones pensaron estarían solos, con solo la compañía de los otros Dioses que vivían en solitud en sus respectivos Reinos.

Claro que tenían gente que les ayudaba, pero no era igual a tener una Deidad que realmente entendiera su trabajo y responsabilidad, que compartiera su poder. Ahora si los había. Ahora si estaban completos.

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