𝙔𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙥𝙤𝙧 𝙩𝙞.
Vera y Marie fueron enviadas al laberinto «A» hace meses, siendo una de las confusiones de aquellos chicos que tienen la esperanza de encontrar la salida.
Minho no suele confiar mucho en las personas, pero eso acaba cu...
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NOT A JUST FRIENDS
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VERA
—¿¡Has perdido la cabeza?! —me gritó cuando estuvo enfrente mío. Me vi obligada a pararme rápidamente del suelo para verlo mejor, pero incluso así tenía que inclinar la cabeza —. ¿¡Qué demonios haces aquí?!
—¡No iba a dejarte! —respondí en el mismo tono que él. Sin embargo, el sonaba mucho más desesperado.
—¡Ah, gracias! ¡Me encanta que, técnicamente estés suicidándote por mí! —me tomó bruscamente de los hombros —¡ME HACES SENTIR UNA GRAN PERSONA!
—¿¡Y que querías que hiciera?! ¿Quedarme parada mientras veía como las puertas se te cerraban en la cara? —le di un pequeño empujón, pero este ni siquiera lo movió.
—¡SI, exactamente eso quería que hicieras! —su mandíbula estaba tensa. Creo que nunca lo había visto tan molesto conmigo como en ese momento. Siempre era yo la que lo regañaba, pero... bueno... —¡Estás loca, demente, tonta! —sus insultos resonaron en todo el laberinto.
—¡Tu hubieras hecho lo mismo conmigo!
—¡ES DIFERENTE! —volvió a gritar. De pronto, su mirada se suavizó ligeramente al recodar en dónde nos encontrábamos —... No puedes estar aquí. No bromeo. No puedes, esto no... —su respiración se agitó.
—¿Y quieres que abra las puertas para que salga y después las cierre? —alcé ambas cejas. Puse mis manos encima de sus brazos, que seguían en mis hombros —. Ya estoy aquí y no puedes hacer nada, ¿entiendes? ¡Fue mi desición quedarme contigo!
Abrió la boca, seguro que iba a gritar, pero no lo hizo. Soltó el aire, seguía frustrado pero no tanto como hace unos momentos. Sus ojos estaban cristalizados, y sus manos tensas.
—... Eh... Chicos... —la voz de Thomas hizo que rompiéramos el contacto visual.
—¿Y tú por qué entraste? —cuestioné, girándome hacia el. Aquel movimiento hizo que el asiático me soltara.
