𝙔𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙥𝙤𝙧 𝙩𝙞.
Vera y Marie fueron enviadas al laberinto «A» hace meses, siendo una de las confusiones de aquellos chicos que tienen la esperanza de encontrar la salida.
Minho no suele confiar mucho en las personas, pero eso acaba cu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SCAR
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
VERA
Nuestros pasos apenas y se escuchaban, ya que tratábamos de buscar cuidadosamente a Thomas. Si alguna de esas cosas nos encontraba...
Bueno, supongo que tú ya sabes que son y que hacen.
—Oye, Minho —le hablé en un susurro.
—¿Qué, Vera?
—Si nos pasa algo, al menos moriremos juntos —solté, esperando a que el miedo no se me notara —. Pero si huyes sin mí y muero sola, voy a revivir para matarte.
—Ni siquiera te dejaría sola, Vera —comentó, serio —. Mucho menos te dejaría morir.
Notó que no estaba muy convencida. Creía en él, sabía que no me dejaría, pero aún así, estaba... asustada. No de morir, sino del proceso para hacerlo.
—A ver —se detuvo frente a mí. Lo miré confusa —. Vera, no vas a morir, ¿bien? No dejaré que pase eso —comentó, como si hubiera leído mi mente.
—Newt dijo... que nadie sobrevive una noche en el laberinto.
—Newt está idiota —soltó una risita que rápidamente se desvaneció —. Bueno... tiene razón.
Bajé la mirada, desesperanzada.
—Pero tú no eres nadie —me alzó el mentón —. Eres la rubia entrometida que tiene a cierta persona en su vida que es muy pero muy fuerte. Sin presumir, obvio.
Reí ante eso. Noté como sus ojos brillaron unos segundos; se miraban lindos.
—Espero no estés refiriéndote a tus brazos de fideos.
Me miró, ofendido —. ¿Disculpa? ¿Brazos de fideos?