Capítulo 3

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Baje a la planta de abajo para preparar desayuno ps no tampoco podría dejarla sin comer

Prepare el desayuno la verdad no se ni que es lo que hice no tengo idea de lo que es cocinar pero aun así prepare algo.

Vegeta entró en la habitación donde Bulma estaba

Vegeta—Come —dijo, dejando un plato de comida en la mesa.

Bulma lo miró con desafío.

Bulma—No —dijo—. No comeré mientras esté aquí encerrada.

Vegeta se rió.

Vegets— necesitas comer para mantener tu fuerza.

Bulma se cruzó de brazos.

Bulma— no comeré hasta que me dejes ir.

Vegeta se acercó a ella, con una mirada intensa.

Vegeta—No te dejaré ir —dijo—. Eres mía ahora.

Bulma se levantó, su rostro enrojecido por tanto llorar.

Bulma—Nunca seré tuya —dijo—. Soy una persona, no una propiedad.

Vegeta se rió.

Vegets—Eres lo que yo diga que seas —dijo—. Y ahora, come.

Bulma se negó, cruzando los brazos.

Bulma —No —dijo—. Prefiero morir de hambre que rendirme a ti.

Vegeta se enfureció, su mirada brillando con ira.

Vegeta—Comerás —dijo—. De una forma u otra dijo tomándola de su muñeca

Bulma, enfurecida, se levantó y golpeó a Vegeta en la cara.

Bulma —¡Suéltame! —gritó.

Vegeta se sorprendió, pero rápidamente se recuperó. Sonrió,(valla al parecer no solo es agresiva)

Vegeta —Eres valiente —dijo—. Pero no lo suficiente.

Bulma intentó golpearlo de nuevo, pero Vegeta la esquivó fácilmente. La tomó por la muñeca y la retuvo ya que trató de salir de la habitación

Vegeta —No te escaparás —dijo, su voz firme.

Bulma se debatió, intentando zafarse, pero Vegeta era demasiado fuerte. La arrastró hacia él, sujetándola por la cintura.

Vegets—No luches —dijo, su aliento en su oído—. Solo empeorarás las cosas.

Bulma se sintió aterrorizada, pero no se rindió. Intentó arañarlo, pero Vegeta la inmovilizó.

Vegets—No te lastimaré —dijo—. Pero debes aprender a obedecer o de lo contrario me enfadare

La llevó de vuelta a su habitación, cerrando la puerta tras ellos. Bulma se sintió atrapada, sin escapatoria.

Vegeta —Nunca te escaparás —dijo Vegeta, su mirada dominante—. Eres mía.

Bulma se derrumbó, lágrimas de desesperación en sus ojos.

Justo cuando Vegeta estaba a punto de decir algo más, su comunicador sonó.

—Señor, su padre lo llama —dijo la voz automática.

Vegeta suspiró y respondió.

Vegeta—¿Sí, padre?

Vegita—Vegeta, ¿dónde estás? —preguntó su padre—. La junta de la empresa está a punto de comenzar.

Vegeta miró a Bulma, que lo miraba con desafío.

Vegeta—Estoy ocupado, padre —dijo—. No puedo asistir.

Vegita—¿Ocupado? —repitió su padre—. ¿Qué es más importante que la empresa?

Vegeta se tensó.

Vegets—No es asunto tuyo, padre —dijo—. Me ocuparé de esto.

Vegita—Vegeta, no te olvides de tus responsabilidades —dijo su padre—. La empresa necesita tu liderazgo.

Vegeta cortó la comunicación y se volvió hacia Bulma.

Vegeta —Este no es el fin —dijo—. Espera aquí.

Bulma asintió, sonriendo internamente. Sabía que esta interrupción podría ser su oportunidad.

Bulma—Sí, señor —dijo, con ironía.

Vegeta la miró con desconfianza, pero se fue, dejándola sola.

No sabía cómo desarrollar este diálogo jajsjsj

secuestrada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora