Capítulo 4-intento De Escape

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Tan pronto como Vegeta salió, Bulma comenzó a buscar una forma de escapar. Examinó la habitación, buscando cualquier debilidad en la seguridad. Encontró una pequeña ventana en la pared y decidió intentarlo.


Mientras tanto, Vegeta llegó a la junta de la empresa, donde su padre lo esperaba.

Vegita —Vegeta, ¿dónde estabas? —preguntó su padre, irritado.

Vegeta—No importa, padre —dijo Vegeta—. Estoy aquí ahora.

Pero justo cuando comenzaba la junta, un ejecutivo se levantó.

Gohan—Señor Vegeta, hay un problema con las finanzas de la empresa —dijo.

Vegeta se tensó.

Vegets—¿Qué problema? —preguntó.

Gohan —Parece que hay una pérdida significativa de fondos —dijo el ejecutivo.

Vegeta se enfureció.

Vegets—¿Quién es responsable de esto? —preguntó.


Mientras tanto, Bulma logró abrir la ventana y se deslizó hacia fuera con ayuda de que amarró las sábanas . Estaba en el jardín de la mansion, pero sabía que no estaba a salvo aún.

Bulma —Debo encontrar una forma de salir de la mansión —se dijo.

Bulma corrió hacia la puerta principal, pero al llegar, se dio cuenta de que estaba cerrada con una robusta cerradura. Intentó abrir-la, pero no pudo.

Bulma—Maldición —dijo, frustrada.

Miró alrededor y vio una barda de 3 metros que rodeaba la mansión. Era demasiado alta para escalar.

Bulma —No hay forma de salir —se dijo, desesperada.

Regresó a la ventana por donde había salido, pero la encontró cerrada. Vegeta debía haberla bloqueado remotamente.

Bulma—Estoy atrapada —se dijo, sintiendo pánico.

_Mientras tanto, en la junta_

Vegeta se enfureció al escuchar sobre la pérdida de fondos.

Vegets—¿Quién es responsable de esto? —preguntó, su voz firme.

Gohan—No lo sabemos, señor —dijo el ejecutivo—. Pero estamos investigando.

Vegeta se levantó.

Vegeta —Quiero resultados ahora —dijo—. No puedo permitir que nuestra empresa se derrumbe.

Su padre lo miró con orgullo.

Vegits—Eso es el verdadero liderazgo, Vegeta —dijo.

Vegeta asintió.

Vegeta —No fallaré —dijo.

3horas más tardeeee

_Vegeta regresa de la junta_

Vegeta llegó a la mansión, saliendo del coche con expresión seria. Se acercó a la entrada y vio a Bulma sentada en los escalones.

Vegeta —¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó, su voz llena de enojo.

Bulma se levantó.

Bulma —Esperándote —dijo, con una sonrisa débil.

Vegeta se acercó a ella, su mirada intensa.

Vegeta —Te dije que no intentaras escapar —dijo, su voz subiendo de tono—. ¿No entiendes?

Bulma se defendió.

Bulms—No intenté escapar —dijo—. Solo quería hablar contigo.

Vegeta se rió.

Vegeta —No me mientas —dijo—. Sé que intentabas escapar o dime que haces aquí

Bulma se enfureció.

Bulma —No soy una mentirosa —dijo—. Y no entenderás nunca lo que quiero.

Vegeta se acercó más.

Vegeta —Sí entiendo —dijo—. Quieres escapar de mí. Pero no lo harás.

Bulma se puso de pie, enfrentándolo.

Bulma —No soy una prisionera —dijo—. No puedes mantenerme aquí contra mi voluntad.

Vegeta sonrió.

Vegets—Sí puedo —dijo—. Y lo haré.

La discusión entre Vegeta y Bulma continuó, con ambos aumentando el tono de voz. La tensión entre ellos era palpable.

Bulma —No puedes mantenerme aquí —dijo Bulma, su voz temblando de rabia.

Vegeta —Sí puedo —dijo Vegeta, su mirada intensa—. Y lo haré.

Bulma se acercó a él, su rostro enrojecido.

Bulma—No eres dueño de mí —dijo, su voz firme.

Vegeta sonrió, su sonrisa cruel.

Vegets—Sí lo soy —dijo—. Y no te escaparás.

De repente, Vegeta tomó a Bulma por la muñeca, sujetándola con fuerza. Bulma intentó zafarse, pero Vegeta era demasiado fuerte.

Bulma —Suéltame —gritó Bulma.

Vegeta la miró con desafío.

Vegeta—Nunca —dijo.


Vegeta besó a Bulma con fuerza, intentando dominarla. Pero Bulma no se rindió. Con un movimiento rápido, le golpeó en la entrepierna, haciendo que Vegeta se doblara de dolor.

Vegeta—¡Maldita! —gritó Vegeta, enfurecido.

Bulma sonrió con satisfacción, pero su sonrisa duró poco. Vegeta se recuperó rápidamente y le dio una bofetada que la hizo tambalear.

Vegeta —No te atreves a hacer eso de nuevo —dijo Vegeta, su mirada furiosa.

Bulma se levantó, su mejilla ardiente de dolor.

Bulma—No me tenías que haber besado —dijo, desafiante.

Vegeta la miró con enfado y la tomó por la muñeca.

Vegeta —Vamos —dijo, arrastrándola hacia su habitación.

Bulma intentó zafarse, pero Vegeta era demasiado fuerte. La llevó a su habitación y la empujó adentro.

Vegeta —Quedarte aquí —dijo, cerrando la puerta tras ella.

Bulma escuchó el sonido de la cerradura y se dio cuenta de que estaba encerrada.

Bulma —Maldito —dijo, golpeando la puerta con frustración.

secuestrada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora