—Entonces estuve deprimida como por un mes para enterarme que todo mi curso aprobó sus exámenes y en general me sentí horrible por que Daarick se iría y ya no podríamos estudiar juntos, aún—.
Mientras Mictia hablaba y hablaba con su tio atún, su mismísimo tio intentaba concentrarse en su trabajo, el cual era sacar un diente de la boca de su paciente.
—El próximo año te ira bien, ya.. verás—. Dijo mientras quejaba al mover el diente de un lado a otro.—Pásame las gasas—.
Mientras Mictia sacaba el paquete, se detuvo a pensar si estaba haciendo lo correcto, tal vez el destino le decía que no debía entrar por una razón.
—Oiga tío ¿y si esto es una señal de que no debería de estudiar?—.
Miro el rostro serio de su tio.
—Mic... si así hubieran sido las cosas yo no me hubiera metido a estudiar odontología después intentar con medicina, todo es cuestión de cuanto estudies y te esfuerces—. Le sonrió a su sobrina.
Tenía razón, pero esas semanas había estado algo preocupada por su padre Aquino, pues había estado tomando un medicamento que ciertamente comenzaba a darle miedo.
—Ahora pásame otra gasa—. Le dijo al mostrarle el diente fuera del paciente.
—Hugh..—. Aparto su vista de el horroroso diente.—Que asco, definitivamente no sirvo para ser dentista—.
—Para ser doctor también necesitas un estomago fuerte—.
Después de aquella horrible extracción, Mictia se apresuro a seguir su rutina de cobrar y anotarlo.
Esa fue una mañana relativamente tranquila y con pocas personas, cosa que agradecía ya que su compañera no iría y le tocaría hacer el trabajo sola.
—Bueno Mic, haz la cuenta mientras apago todo—.
—Si tío..—. Mientras soltaba un bostezo y comenzaba a sacar su calculadora, escucho la puerta ser de nuevo abierta.—Buenas tardes.. ¿Tio loco?—.
Locochon se apresuró a callarla, dandole la señal de que quería ser una sorpresa.
En silencio Loco se aproximó a la oficina de su querido esposo Cejo y lo sorprendió con un bonito ramo de tulipanes naranjas.
Como siempre, Mictia les daba su espacio.
—De nuevo espectadora, nunca protagonista.. Auch—.
Mientras se concentraba en contar el dinero minuciosamente, Cejo le entrego lo que tanto había esperado... las llaves del consultorio.
—Cuídalas, será tu responsabilidad ahora llegar temprano—.
Emocionada las tomó y guardo en su pequeño bolso.
Ahora perdonaba los ruidos exagerados de besos de hace un segundo.
—¡Gracias!—.
Felizmente entrego la cuenta y dio vueltas feliz hasta que sintió su celular vibrar.
Con una sonrisa contesto la llamada de su padre Duxo.
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☼❀Familia en Apuros❀☼
Fanfic¡Mictia ya no es una niña pequeña! Esta apunto de ingresar a la universidad Aquino vivirá feliz con su preciado esposo Duxo ¿o habrá algún problema? ¡Bienvenidos a la Segunda Temporada!