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El día en la escuela, luego de la escenita de
Kelly, la paja que le hizo a Morris y las explicaciones que tubo que darle a Jimi por haberse perdido una clase — sin entrar en detalles —, había terminado moderadamente bien.

Cuando llegó a casa se topo con sus padres cocinando juntos mientras cantaban y bailaban una canción vieja a través de la radio, con Jake dibujado en la mesa observando a sus progenitores por momentos mientras sonreía feliz.

En verdad amaba la forma en la que sus padres parecían girar al rededor del otro, el como si uno avanzaba el otro también lo hacía. Estaría mintiendo si decía que no deseaba algo similar a eso para él.

Por escasos segundos la imagen de estar bailando esa vieja canción junto a Morris en una cocina propia el instaló en su cabeza sin permiso, pero así como llego se fue.

No deseaba pensar en ese bello chico, no cuando ese mismo día tubo que dejarle para poder ir a encargarse de sí mismo, de lo contrario, si permanecía con el, con aquella frustración sin descargar, terminaría por tomar al chico ahí mismo.

Llamenlo idiota, pero sabía que si tocaba de esa forma a Rhydian, no sería la primera y única vez, y al menos quería hacerlo teniéndolo contra la comodidad de una cama, no detrás de un colegio donde cualquiera podría verles, esas tiernas y calientes expresiones llenas de placer solo debía  ser observadas por él, quién es el responsable de ellas.

Subió hacia su habitación tras cambiarse la ropa dejando el uniforme en la ropa sucia, se colocó a hacer los trabajos que Jeffries le había dicho que haga como recuperación del tiempo en que no asistió al instituto.

Estaba por terminar la de una materia cuando un mensaje llegó a su teléfono.

Jiminie

Estamos en el bosque, algo salió mal.

Nos está persiguiendo.

No necesito más explicaciones, rápidamente se levantó y tras coger una sudadera bajo por las escaleras saltando a mitad de está ahorrando tiempo.

— ¿A dónde vas? — pregunto su madre — ya vamos a cenar.

— Jimi — respondió rápido llegando a la puerta de salida.

— ¡Regresen a tiempo!.

Fue lo último que escucho de la mujer cuando salió de la casa y a gran velocidad se interno en el bosque en busca del aroma a Enebro característico de Jimi.

Sentía su corazón bombeando contra sus oídos, el sudor comenzaba a recorrerle la espalda pese al clima frío, sentía que estaba llendo muy lento aún cuando corría al máximo de las capacidades de sus piernas.

¿Dónde estás Jimi?.

Llegando en un punto distintos aromas se cruzaron, desde los amaderados y terrosos de los chicos hasta los empalagosos de dos chicas que fácilmente hubico.

Pero entre todo ese cóctel de aromas, captó uno que se supone no debería estar ahí, así que siguió en específico la desagradable esencia del Pachulí sucio.

Cuando llegó al punto donde se concentraban tres aromas pudo ver a la perfección como ese estúpida hembra azotaba el pequeño cuerpo transformado de Rhydian contra una columna de piedras que se encontraban justo delte de el.

Viendo que las claras intenciones de la salvaje eran volver a atacar, se transformó saltando tomando en el aire a la hembra mordiéndola de una de sus patas — que fue lo primero que estuvo a su alcanze — revolcandola nuevamente cuando tocaron el suelo.

Make You Mine || WolfBlood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora