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Jungkook yacía recostado en la silla frente a su escritorio, con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, su mano derecha apoyada en el puente de la nariz, como si tratara de contener un dolor de cabeza o una frustración que amenazaba con explotar.

Su respiración era lenta y profunda, pero su cuerpo parecía tensó, como si estuviera luchando por mantener la calma.

La oficina estaba en orden, con todos los papeles y objetos en su lugar, pero la atmósfera era de agitación. Jungkook parecía estar en una lucha interna, como si estuviera tratando de procesar información que no quería aceptar.

De repente, su dedo índice se movió, presionando ligeramente el puente de la nariz, como si tratara de aliviar una presión invisible. Su frente se arrugó, y su boca se apretó en una línea delgada.

"¿Qué está pasando?", se preguntó en voz baja, sin abrir los ojos.

La respuesta parecía esconderse en las sombras de su mente, pero Jungkook sabía que no podía ignorarla por más tiempo.

Un par de golpes sonaron en la puerta y después apareció su secretaria, anunciando a Jimin, quien entraba junto a ella.

"Señor Jungkook, El señor Park ha llegado para verlo", dijo la secretaria, con una sonrisa educada.

Jungkook abrió los ojos, y su mirada se dirigió hacia la puerta. El beta entró con una expresión seria.

"Gracias, Ji-hyun", le dijo, haciendo un gesto de asentimiento hacia su secretaria y ella salió después, cerrando la puerta. "Finalmente"

El beta viró los ojos y, en lugar de sentarse frente a él, se dirigió directamente al mini bar y se sirvió allí dos copas con coñac. "Saludar no es lo tuyo, ¿Cierto?" le dijo, sin mirarle.

"Estoy desesperado", admitió, su voz llena de frustración, tomando lugar en el sofá de cuero negro al otro lado del escritorio.

Jimin le entregó una copa al acercarse y se sentó junto a él.

"Bebe", con un gesto señaló hacia la copa. "Y háblame"

"Dime por favor que ya conseguiste hablar con tu contacto", Jungkook se escuchó ansioso.

La expresión en el rostro del beta se tornó seria. "Si"

"¿Y?" Insistió. "Habla de una vez"

Jimin frunció las cejas. "Jungkook, esto es muy riesgoso, podría matar a tu lobo"

La oficina se sumió en un silencio repentino y profundo. Jungkook apretó los dedos en la copa que sostenía y su mirada se fijó en el suelo, como si la gravedad de las palabras de Jimin hubiera hecho que su mundo se derrumbara.

El aire en la habitación parecía pesado y opresivo, lleno de tensión. La luz de la lámpara sobre el escritorio parecía haber perdido su brillo, y las sombras en la habitación parecían haber crecido.

Finalmente con un suspiro profundo, trató de calmarse, aunque sintiera que era inútil. Sus oscuros ojos se posaron de nuevo sobre el beta y decidió continuar con el tema, inquieto. "¿Eso significa que hay posibilidad de que termine siendo efectivo?"

Jimin lo miró como un bicho raro, extrañado. "¿Qué no escuchaste? Eso. Podría. Matar. A. Tu. Lobo.", puntualizó cada palabra, queriendo que captara la gravedad del asunto.

"Y, sin embargo, hay una posibilidad de que salga bien, ¿No es así?", Jungkook reiteró, con la esperanza envolviendo toda la frase.

Jimin apretó los labios, miró el contenido en su copa y después lo bebió todo de un golpe. "La posibilidad es muy remota"

LIBRE ALBEDRÍO |Taekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora