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La mañana siguiente, cuando la tormenta pasó, el celo de Taehyung había cumplido su ciclo, sin embargo, él se hallaba demasiado agotado y débil.

Se encontraba aún sobre la baldosa fría, tirado en medio de la habitación porque no quería ensuciar la cama de la beta que le servía. Su cuerpo estaba empapado de sudor, el cabello lo tenía revoltoso y algunos mechones se pegaban en su frente, humedecida por el esfuerzo y el agotamiento.

Su antebrazo derecho descansaba sobre sus ojos, ocultando, a la vista de nadie allí, la culpa que bailaba en ellos.

La luz del sol que se filtraba por la ventana parecía cruel, iluminando la desolación y la soledad que lo rodeaba. Taehyung se sentía vacío, como si hubiera sido despojado de toda su energía y vitalidad. Su cuerpo dolía, su mente estaba nublada y su corazón pesaba como una piedra.

"Señor Kim"

Ahí estaba la razón de su agonía, hablándole suave y delicadamente desde el pasillo.

"¿Se encuentra bien?" El omega se acercó ligeramente a la puerta, notando bajo sus pies una llave plateada.

Taehyung se quedó en silencio, no sabiendo qué responder, no tenía la fuerza si quiera de entablar una conversación, porque se hallaba sumido en la miseria de lo que vendría una vez le dijera a Jungkook lo que había hecho.

"¿Señor Kim?" Yoongi insistió, la preocupación envolviendo su tono.

"Si" Fue conciso.

Retiró su brazo de sus ojos y los abrió lentamente, mirando el tejado sobre él, con los brazos ahora extendidos hacia los lados.

"Mmh... ¿Esta...? ¿La llave de aquí es de esa habitación?", titubeó, tomándola en sus manos al inclinarse.

"Si" murmuró, casi que obligado por su lobo.

"La deslizaré por debajo y me iré", el omega le dijo, la pesadumbre en su voz fue percibida por el alfa.

Apretó los dientes cuando su lobo le impulsó a hablar.

"Yo te llevo", anunció, sentándose con dificultad, jadeando por el dolor en cada extremidad. "Espérame un momento, por favor"

Kim Taehyung podría cometer un y mil errores como cualquier otra persona y, sin embargo, había algo que lo caracterizaba en especial y era la bondad con la que trataba a los demás, siempre preocupado y atento, independientemente de la situación. Así era él y así era su lobo.

Así que, aunque sabía que debía evitar todo tipo de contacto con el omega con quien le fue infiel a su pareja, decidió ayudarlo una vez más.

La zona donde él vivía era demasiado cara y para tomar un autobús debía caminar por lo menos veinte kilómetros y teniendo presente la tormenta que había envuelto a la ciudad la noche anterior, muy probablemente muchos no quisieran salir ahora mismo de casa, siquiera la empresa de taxis trabajaría.

Así que él simplemente actuó como siempre lo ha hecho, aunque le pesará el corazón por mantener contacto con Yoongi y no es que lo odie, o que le eche toda la culpa, es solo que... ahora se siente incómodo.

Sabía que probablemente Jungkook no entendería esto, y tampoco podía culparlo.

Cuando salió de la habitación donde pasó la noche, Yoongi ya no estaba en el pasillo, por lo que pudo respirar con tranquilidad.

Caminó casi que arrastrando sus pies descalzos y cuando pasó por la sala de estar, notó al omega allí, sentado en el sofá frente a la chimenea, con la mirada fija en el suelo, o eso suponía, porque le estaba dando la espalda.

LIBRE ALBEDRÍO |Taekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora