Todo comenzó por medio de un amigo que ambos conocían, Géma siendo valiente y decidida, tomó la iniciativa de enviarle una solicitud de amistad al chico deportista misterioso.
Días después el chico aceptó la solicitud, fue él quien dio el primer paso a la conversación con un simple pero efectivo:
"¡Hola, cómo estás?". A partir de ahí, la charla fluyó con preguntas comunes y respuestas amistosas. Un saludo casual que marcó el inicio de algo especial.
Tras esa conversación durante un año no
supieron más del uno, ni del otro. La chica había cambiado de teléfono y eso podía generar curiosidad y hacer que el se preguntará en
como estabas.
