Lo que pasó nunca se olvida

8 1 0
                                    

-Bueno, entonces dime ¿Cómo te fue la semana pasada? -ante la pregunta sólo alcanzó a soltar un suspiro, resignado, lo que pareció solamente alentar el interés de la mujer.

-Aún me pregunto por qué era necesario verme dos veces a la semana -se quejó, como un último recurso para desviar la atención.

-Debido a que se trataba de una situación en crisis -resignado optó por acomodarse en el sofá, entrelazando las manos sobre su regazo.

-Considero que fue una buena idea el ir a ofrecerles un regalo en mi visita- podía sentir como si esos ojos cafés se le clavaran, impidiéndole zanjar el tema. Volvió a acomodarse, ahora cruzando las piernas- volví al día siguiente y la tensión parece haber disminuido.

-¿Volviste después de ya haber ido saliendo de la terapia? -atrapado, pensó con burla. La terapia ahora le estaba gustando mucho menos sintiéndose cuestionado de la misma manera en que lo haría Daniel.

-Así es.

-Que buena noticia -felicitó la psicóloga con una sonrisa- y dime ¿Cómo te fue? -Vlad suspiró nuevamente, estaba queriendo liberar a su cuerpo de la necesidad de contenerse y omitir detalles, porque sabía que, de otra manera, de nada tendría sentido ir a sentarse una hora para estar en sesión.

-Bastante bien, como ya dije -se reacomodó en el sillón de piel, intentando buscar las palabras- estuvimos conversando mientras merendábamos y después comenzamos a trabajar en su laboratorio.

-Es verdad, si mal no recuerdo estudiaste ingeniería mecánica -casi suelta un bufido. Otra cosa que le desagradaba era la familiaridad con la que se le trataba, sabía que los pacientes y terapeutas debían hablarse de tal manera y eliminar cualquier barrera de supetioridad que los separara, pero simplemente no estaba acostumbrado a que alguien más lo tuteara.

-Así es, tengo un master en ingeniería mecánica y diplomados en ingeniería física -comentó intentando recuperar algo del orgullo que le caracterizaba. La mujer sonrió.

-Ya veo, así que entiendo que tus amigos también tienen esos estudios, o similares -otra vez recordándole que son sus amigos. Con Maddy no podía asegurar nada, aún tenía un aprecio por ella guardado en el pecho y que no podría catalogar como amistad, pero, por otro lado, con Jack, bueno, no estaba seguro de qué era lo que había sucedido en el laboratorio, se había roto, todo le había caído con sorprendente rapidez y no estaba preparado para tales declaraciones. Ni siquiera entendía por qué había decidido ir a su casa en primer lugar, había sentido una gran nostalgia y necesidad.

-Sí, Jack y yo estuvimos en el mismo curso, hasta que tuve que abandonar la carrera -el gran ventanal a su izquierda parecía demasiado tentador para ser observado de un momento a otro, se concentró en el cielo con una tupida manta de nubes. Ya era época en la que el frío comenzaba.

-¿Qué pasó exactamente para que decidieras retirarte de tus estudios? -en un primer momento no contestó, demasiado concentrado en rememorar el frío intenso que últimamente había comenzado a exalar del núcleo de Daniel, era muy reconfortante para su propio núcleo de fuego. Entonces su cuerpo se relajó.

-Un accidente de laboratorio, estuve mucho tiempo confinado en una cama de hospital, todo gracias a un descuido de mis "amigos" -la burla no pudo contenerse en su garganta, por lo que volvió a concentrarse en el recuerdo del frío espectral.

-Entiendo -no respondió, demasiado concentrado en calmar sus emociones- entonces ¿Cómo te sientes al haber vuelto a retomar el contacto con ellos?

Observó por instantes a la mujer, con la mirada perdida y demasiado perturbado aún por lo ocurrido en el laboratorio justo ayer.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No me entenderías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora