ᥫ᭡𝐌𝐫.𝐒𝐚𝐞𝐥𝐢ᥫ᭡

83 25 0
                                    

Orm estaba alistándose para ir a su cita con el psicólogo, como hacía cada fin de semana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Orm estaba alistándose para ir a su cita con el psicólogo, como hacía cada fin de semana. Le gustaba mucho ir, era uno de sus días favoritos de la semana.

Desde muy pequeña había asistido a terapia con el mismo psicólogo, así que el lazo que tenía con el hombre era muy fuerte. Él la había visto crecer y había sido testigo de los avances que Orm había dado desde que era una niña hasta ahora que era toda una adolescente.

Ya estaba vestida con sus prendas de ropa coloridas, como acostumbraba. Tomó aquella gorra que Lingling le había regalado y se la colocó al revés, tal cual ella se la había colocado esa vez.

Salió de la habitación con prisa. No le gustaba llegar tarde y hacer esperar al señor Saeli. Su madre la estaba esperando abajo para irse.

—¿Y eso? —señaló la gorra sonriendo.

—¡Es la gorra que me regaló Lingling! ¿No es muy bonita?

—Lo es —sonrió—. Vamos.

Ambas salieron y subieron al auto. Durante el trayecto Orm se mantuvo colocando un par de canciones en la radio mientras a la vez le hablaba a su madre sobre Lingling y lo mucho que le agradaba.

Ya para la mujer se estaba haciendo costumbre escuchar mucho sobre aquella pelinegra. La noche anterior no pudo conocerla ni hablarle mucho, ya que la chica siguió siendo extremadamente tímida y evasiva. Mas sin embargo, a pesar de eso, le agradó.

Lo que más le agradaba era la manera en la que Orm sonreía cuando le hablaba de Lingling. Lo emocionada que llegaba a casa después de que se veían en el parque, y también ese pequeño brillo en la mirada de su hija que nunca había visto.

Ella se sentía feliz con la amistad de ellas dos, aunque no tuviera ni idea de que, tal vez, esto terminaría siendo más que una simple amistad.

Llegaron al consultorio, y Orm bajó casi corriendo, su madre siempre yendo detrás intentando seguirle el paso. Ya todas las personas de ese lugar conocían bastante bien a la castaña, y digamos que se habían encariñado con ella en gran manera.

La nueva joven que ahora era la encargada de atender a las personas en la sala de espera sonrió al verla entrar con aquella emoción y alegría que nunca podía faltar por su parte.

—¡Soyo! —la saludó emocionada—. ¡Ese uniforme te queda muy bonito! —siempre le decía eso.

—Es un gusto verte por aquí de nuevo, Orm —extendió la mano, cosa que Orm rechazó ya que la abrazó.

—¡Todo es muy bonito desde que trabajas aquí!

 —Gracias —rió bajo.

Su madre apareció al lado y la saludó también.

—Supongo que tendrán un momento. El doctor Saeli está un poco ocupado.

—Lo haremos, gracias.

Ambas se sentaron. No había tantas personas en la sala de espera, sólo un par.

*⁠・ 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐧𝐞𝐬𝐬 。⁠:☆ [LingOrm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora