*⁠･ 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐧𝐞𝐬𝐬 ｡⁠:☆ [LingOrm]

ᥫ᭡¡𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬 𝐎𝐫𝐦!ᥫ᭡

Una Orm de seis años de edad se encontraba en su habitación viendo unas caricaturas, y jugando un poco con algunos peluches en el suelo.

Tenía una pequeña corona en su cabeza que su mamá le había regalado. Está siempre solía llamarla "Princess Orm" y esto la había muy feliz.

Desde allí podia escuchar una discusión proveniente desde la otra habitación, pero solo la ignoro mientras seguía jugando sin parar.

Sus padres solían discutir mucho, sobretodo su padre...Este siempre parecía tener problemas con su forma de ser, aunque ella no lo podía entender.

Se levantó y subió hasta la cama. Comenzó a saltar en esta con gran fuerza mientras sostenía la corona en su cabeza, para que no cayera.

- ¡Ella no es normal! - escucho un grito de su padre.

- ¡No hables así de ella! - discutió su madre-. ¡Si seguirás diciendo eso lo mejor es que te vayas!

Orm escucho esto y dejo de saltar en la cama. De inmediato ladeó la cabeza totalmente confusa.

- Papá - susurró.

Se quedó de pie allí en la cama en la misma posición, podía sentir miedo...¿Su papá se iría?

- ¡No puedo lidiar con alguien como ella! ¡Me avergüenza!

- ¿Que es vergüenza? - preguntó para si misma cruzando los brazos.

Su padre siempre solía regañarla más de la cuenta, algunas veces también le pegaba, cuando sentía que era necesario corregirla por "ser tan ruidosa e inquieta".

Otras veces llegaba tomado y le gritaba que era una niña tonta por no poder entender las cosas que los niños de su edad ya entendían en el kinder.

Orm tenía un poco de miedo, pero aún así lo quería mucho. Cuando estaba cerca de él intentaba hacerlo feliz, pero para él nada de esto funcionaba...Siempre veía sus defectos, y no las virtudes que está dulce niña poseía.

- ¡Es tu hija! ¿Cómo puedes sentir vergüenza por ella? ¡Es una niña!

- ¡Soy una niña! - volvió a saltar en la cama con emoción.

Pasados los minutos, después de que la discusión cesó, aparentemente, la puerta de su habitación fue empujada. Orm siguió saltando en la cama mientras sostenía la corona con fuerza. Su padre entro y se detuvo frente a ella.

- ¡Deja de saltar en la cama!

- ¿Por qué? ¡Me gusta saltar, papá! - comenzó a reír.

- ¡Haz caso! - la detuvo con brusquedad-. ¡Se buena niña! - le quitó la corona.

- ¡Mi corona! - extendió sus pequeñas manos -. Soy una princesa.

- ¡Lo serás cuando aprendas a comportarte! - tiro la corona al suelo y la pisó.