03 - Voces susurrantes

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El primer día de entrenamiento era solo para medir su nivel tal y como habían dicho. Durante los entrenamientos generales juntaban tres grupos, lo que seguía siendo poco.

George junto a los dos tutores de los otros grupos, estaban parados en diferentes partes del campo. Algo que le sorprendió a Dream era lo jóvenes que eran todos los tutores.

—Acérquense aquí —Techno señaló el arsenal que estaba al lado suyo— y tomen un arma. Ni siquiera piensen en disparar a sus compañeros ni a nosotros. Estas armas están especialmente diseñadas para no matar a nadie, aunque sí pueden sentir un poco de dolor. De todas formas, cualquiera que intente lastimar a alguien tendrá una sanción.

—Le quitan lo divertido a todo —murmuró Dream, a la vez que tomaba un arma.

Technoblade lo escuchó, mas hizo caso omiso.

—Ahora, cada uno de ustedes tendrá que demostrar su habilidad en tiro. Su objetivo es eliminar el blanco del centro del campo.

Dream miró hacia el fondo del campo y logró visualizar un objetivo circular girando en el centro.

—Cada uno tendrá cinco disparos. Se calificará precisión y velocidad.

Todos formaron una fila uno tras otro y sin darse cuenta, Dream había terminado al final de esta, así que se sentó en el césped a esperar.

—De pie —le ordenó Technoblade, pero Dream lo ignoró, mientras arrancaba la hierba—. De pie ahora —repitió y le hizo un gesto a George para llamarlo.

George rodó los ojos y se acercó. Desde que le habían asignado a su grupo del que estaría encargado, estaba seguro que no la tenía fácil. A pesar de que la información de Dream era escasa, se había resaltado que tenía un mal temperamento.

—¿Qué sucede? —le pregunta a Dream.

Dream lo ignora igualmente.

—Dream, mírame a los ojos y dime que sucede.

Esta vez Dream se atrevió a verlo aunque con mala cara.

—¿Me vas a sacar de aquí? —le preguntó.

—No tengo la autorización. Ponte de pie y espera tu turno.

—Dame una buena razón y lo haré.

—Disciplina. Te falta disciplina. Sé que esto puede parecer una especie de prisión donde intentamos reintegrarlos a la sociedad, pero nuestro objetivo no es ese. Es una ayuda mutua. Ponen de su parte en los entrenamientos y cuando estén listos podrán saborear la verdadera acción que tanto desean.

—O sea que somos su experimento. Genial. Me haces sentir mejor —dijo Dream con sarcasmo.

—Agradece que estamos teniendo paciencia contigo. Si estuvieras en mis entrenamientos ya hubieras sido sancionado. Ve, es tu turno —George le da unas palmadas en el hombro.

Dream se levanta de mala gana, sostiene su arma con firmeza y da los cinco disparos sin pensarlo mucho. Solo uno de los tiros da en el centro del blanco, mientras los otros cuatro están muy cerca de este. Todos se quedan callados. Technoblade sonríe y toma a Dream de los hombros.

—Creo que me encargaré de este muchacho. Tiene potencial. Daré los resultados al final de la jornada de entrenamientos.

—Perfecto —dice George—. Llevaremos a los chicos al siguiente entrenamiento.

Todos salen del campo junto a sus tutores a excepción de Dream que se le queda viendo a Techno.

—Dream, ¿no? Una sorpresa que te hayan logrado capturar. Se espera muchas cosas de ti.

—¿De mí?

—No tengo permitido hablar demasiado. Ve con tus compañeros.

Dream se retira del campo un poco confuso. Cuando regresa al interior de las instalaciones no ve a ningún rostro conocido por ninguna parte. Por si fuera poco, el lugar es lo más parecido a un laberinto de paredes blancas y pisos relucientes. Camina en línea recta, mirando hacia todos lados sin ver a nadie.

—¡Hey, Dream! —grita alguien detrás suyo, no es más que un chico un poco mayor que él, tal vez de la edad de George— Oh, espera —el chico voltea hacia uno de los pasillos—. Estás con George, ¿no?

—Sí...

—Ven conmigo.

Dream lo sigue dubitativo. Le resultaba extraño que tantos supieran su nombre. Todo le resultaba tan extraño. Había algo o alguien detrás de todo eso y lo que sabía probablemente no era ni la mitad de la verdad.

El chico lo llevó hacia otro gran campo donde estaba el resto recibiendo indicaciones.

—¡Encontré a tu muchacho, George!

El nombrado una mano al rostro y se maldijo a sí mismo.

—¡Gracias, Sam!

George corrió rápidamente hacia Dream.

—Me vas a meter en problemas si no te comportas.

—¿Me estás retando? —Dream sonríe maliciosamente— Porque puedo meterme en más problemas si quieres.

—¡No! Solo sé como los demás y cumple tus entrenamientos.

—Sería divertido meterte en problemas. ¿Qué pasa si no cumplo los entrenamientos? ¿Te van a torturar? ¿Te pondrán un chip en el cerebro? O mejor aún, te cortarán la cabeza y se la pondrán a un robot.

—Me extraña lo perturbada que está tu mente para imaginar eso. Solo tendré que hacer horas extra, lo que es peor que todo lo que dijiste.

—Lo dices como si tu único trabajo no fuera estar parado en una esquina y hacer de mamá pato para que te sigan todos.

—Es más difícil de lo que crees.

—Ajá.

—¿Quieres ver mi trabajo? Cumple correctamente tus entrenamientos y cuando tengas dieciocho te lo mostraré.

—Me suena a sexo —Dream alza sus cejas sugerentemente.

—Tenemos prohibido mantener relaciones con ustedes, así que ni lo pienses.

—Me pregunto cómo es que llegaron a esa norma. Debió pasar algo para que lo prohíban.

—Solo ve y haz tu entrenamiento. Les toca medir su resistencia.

—¡Sí, señor! —Dream le hace el saludo militar  y corre junto al resto.

George solo se cruza de brazos y se le queda viendo. Había sido una suerte encontrarlo de nuevo.



The Dreamers [DreamNotFound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora