cap 10:el refugio del caos

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La noche caía sobre la ciudad, y las luces del colegio titilaban como estrellas lejanas. Danna y yo caminábamos de la mano, la tensión del día aún pesando en el aire, pero había una chispa entre nosotros que iluminaba el camino.

Danna: “No puedo creer que me haya atrevido a enfrentarla. Nunca pensé que llegaría a ese punto.”

Andreé: “Eres más valiente de lo que crees. Y lo que dijiste… fue increíble.”

Ella sonrió, y por un momento, el mundo a nuestro alrededor se desvaneció. Me acerqué y acaricié su rostro, sintiendo que nuestros corazones latían al unísono.

Justo en ese momento, un grupo de amigos apareció. Monse y Eduard, otra pareja en nuestra clase, se acercaron con sonrisas brillantes.

Monse: “¡Chicos! ¿Todo bien? ¡Nos enteramos de lo que pasó con la madre de Danna!”

Eduard: “¿Estás bien, Danna? ¿Quieres hablar de ello?”

Danna asintió, agradecida de ver a sus amigos. La presión del día empezaba a desvanecerse en su presencia.

Danna: “Estoy bien, solo… necesitaba sacar lo que llevaba dentro.”

Monse se acercó y tomó la mano de Danna, mirándola con complicidad.

Monse: “Tú eres increíble, Danna. No dejes que nadie te diga lo contrario.”

Mientras caminábamos hacia un parque cercano, la noche se sentía mágica. La luna iluminaba nuestros rostros y el aire estaba impregnado de un leve perfume a flores.

Nos sentamos en un banco, y Eduard, siempre el romántico, tomó la mano de Monse y la miró intensamente.

Eduard: “A veces, el amor se siente como un desafío. Pero al final, siempre vale la pena, ¿no?”

Monse sonrió, sus ojos brillando con amor.

Monse: “Sí, lo es. Cada momento juntos me recuerda que nada es más fuerte que lo que sentimos.”

Danna y yo nos miramos, sintiendo que nuestras historias estaban entrelazadas. Era un momento perfecto para dejar que las emociones fluyeran.

Andreé: “Cuando te veo con Eduard y Monse, me doy cuenta de que no estamos solos. Siempre hay quienes nos apoyan.”

Danna asintió, su mirada fija en los dos.

Danna: “Sí, y eso me da fuerzas. Quiero que nuestro amor también brille como el suyo.”

Nos acercamos más, y ella tomó mi mano con fuerza. En un instante, la conexión entre nosotros se volvió palpable. Cerrar los ojos y dejarse llevar por el momento era inevitable.

Danna: “Andreé, no tengo miedo de lo que venga. Quiero que seamos felices, sin importar lo que diga mi madre.”

Me acerqué y rocé mis labios contra su frente, sintiendo el calor de su piel. La magia de la noche nos envolvía, y el mundo exterior desapareció.

Andreé: “Contigo, siempre. Eres mi refugio.”

Mientras compartíamos ese instante, Monse y Eduard también se acercaron, creando una atmósfera de amor y apoyo mutuo.

Monse: “Podemos ser un equipo. Juntos, somos más fuertes.”

Eduard: “Sí, no dejaremos que nadie nos separe. Lo que tenemos es especial.”

Las palabras de nuestros amigos resonaban en el aire, y el deseo de luchar por nuestro amor se convirtió en un compromiso. La noche continuó, llena de risas y sueños compartidos, mientras prometimos apoyarnos en cada desafío.

Al final, nos quedamos bajo el cielo estrellado, cuatro almas unidas por la amistad y el amor, listos para enfrentar lo que el futuro nos deparara. Sabíamos que, aunque el camino no sería fácil, teníamos el uno al otro y la fuerza de nuestra conexión para guiarnos.

☆♡𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛ó𝒏♡☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora