Parte siete

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La semana había pasado demasiado rápida para el gusto de Chan

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La semana había pasado demasiado rápida para el gusto de Chan.

Ya era sábado y por lo tanto, conocería a la hermana de Felix.

Estaba nervioso, a pesar de que Felix le dijo no se preocupara, estaba preocupado.

Y es que jamás pensó que estaría en esa situación, al menos no tan pronto, pero no era momento para arrepentirse, no cuando estaba a una cuadra de la casa de Felix.

Pensó en llevarle flores, pero recordó que Felix le había dicho que su hermana no era muy de ellas, entonces tachó esa idea.

— Vamos Chan, sólo conocerás a la hermana de tu aún no novio, por lo que eso la convierte en tu aún no cuñada. Sencillo, no tengo porque preocuparme.

Para cuando estuvo enfrente de la casa de Felix, se dio el tiempo de darse ánimos y tocar el timbre, la puerta se abrió dejando ver a Felix.

— ¡Hyung!

— Lixie.

— Me estaba colocando mis calcetines — miró hacia abajo, viendo como Felix tenía un calcetín puesto y su otro pie no lo tenía —. Puede esperar en la sala, mi mamá salió.

Se hizo a un lado para que el alfa pasara, éste entró a la casa susurrando un «permiso» y quitándose los zapatos, como su mamá le habia enseñado cuando era más pequeño, Felix lo guió hasta la sala.

— Espere aquí, no me tardó — le dijo.

Chan asintió y vio a Felix salir de la habitación.

LA CASA HUELE A FELIX, ME ENCANTA.

Chan estuvo de acuerdo con su lobo, también odia oler un leve olor a canela y chocolate (que suponía que era de la madre de Felix), todo lo demás era el olor de Felix, miel y avena.

Dejando de lado el aroma del chico, la sala era acogedora. Los tonos café y blanco constrataban perfectamente y la chimenea le daba un toque hogareño.

Habían unos cuadros con fotos, puso distinguir a Felix en varias de esa, su favorita era donde aprecia disfrazado de una vaca, debía de tener como tres años en esa foto.

— ¡Listo! Podemos irnos.

Salieron de la casa, no sin antes asegurarse de que la puerta este cerrada.

Hace cinco minutos Felix había hablado con su hermana, ésta le dijo que llegaría en diez minutos, lo que lo puso más nervioso

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Hace cinco minutos Felix había hablado con su hermana, ésta le dijo que llegaría en diez minutos, lo que lo puso más nervioso.

— Hyung, ¿Está bien? — dijo al ver a la pierna de Chan moverse repetidamente.

— Estoy nervioso, ¿Y si no le caigo bien?

— Lo hará, créame, ¿Le digo algo sobre mi?

Chan asintió —. No me suelen caer bien muchas personas, en la escuela sólo me caen bien como veinte personas y sin embargo, es sólo porque tengo que convivir con ellas, mi hermana sabe que si le presento a alguien es porque es especial.

Chan sonrió sin gracia.

— Gracias por darme ánimos.

— No tienes porqué agradecerlo — se escuchó la campanita de la cafeteria, una alfa apareciendo por ella —. ¡Noona, aquí!

Los músculos de Chan se volvieron a tensar en cuanto vio a la mujer acercarse a ellos y abrazar al rubio.

Su cabello era naturalmente rubio, sus ojos color avellana igual a los de Felix, sí, parecían hermanos.

— ¡Lixie! — saludó la chica —. Te extrañe.

— Yo igual — dijo separándose de el abrazo —. Noona, él es Bang Chan tomó la mano del azabache. Mi futuro alfa.

La alfa miro a Chan, extendiendo su mano cuando terminó de analizarlo.

— Un gusto en conocerte Chan, soy Lee Jieun, hermana mayor de Felix — se presentó.

— El gusto es mío — aceptó el saludo.

Luego de aquella mini presentación, la alfa les hablo sobre su viaje a Paris, contando sobre cómo una señora la confundió con una modelo.

El omega menor dijo que tenía que ir al baño, yéndose de ahí dejándolos solos.

Que no me pregunté nada.

— Y dime, Chan ¿Cuántos años tienes?

Ya empezó.

— Tengo dieciséis.

— ¿Qué clases de intenciones tienes con mi hermano? — lo miró seria, asustando un poco al pelinegro.

Estaba hablando con una alfa, el siendo uno sabía lo protectores que podrían ser con los miembros de su familia. Tenía que pensar bien antes de hablar.

— Su hermano me gusta mucho, podría atreverme decir que hace más de seis meses meses y hasta hace poco que empezamos a hablar, sólo quiero hacer las cosas bien con él y que sea feliz.

La alfa ablandó su mirada, desde que vio al alfa pudo notar que no era un patán.

— Me alegro que lo quieras, Felixie merece a alguien que lo haga sentir feliz y amado, eres el indicado.

Chan sonrió, ya tenía el apoyo de su cuñada al menos.

Segundos después apareció Felix.

— ¿De qué me perdí? — preguntó viendo a Chan, quien sólo negó y le sonrió.

— ¿De qué me perdí? — preguntó viendo a Chan, quien sólo negó y le sonrió

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  Rebel omega » chanlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora