Parte diez

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Chan limpiaba la nariz ensangrentada de su omega, suspirando al terminar

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Chan limpiaba la nariz ensangrentada de su omega, suspirando al terminar.

Felix había sido golpeado por otro omega afuera de la secundaria, supuestamente por salir con la alfa del chico, todo porque vio un like suyo en una foto de Instagram.

Tan estúpido y tóxico, desde su opinión.

— ¿Por qué no me dejaste golpearlo? — se quejó.

— ¿Quieres que te lleven preso?

— Si tu fueras el policía, sí — dijo coqueto.

— Pero yo no soy policía.

— Entonces no.

Cuando logró que la sangre sesara, le colocó una curita en la nariz.

— No entendí porqué me golpeó, no tengo nada la culpa de su novia ande viendo mis fotos.

— Las personas como él actúan mucho por el impulso del momento y no piensan en lo que hacen hasta que caen en cuenta que lo hicieron, aunque tampoco es justificación.

— Si me dio un golpe en la nariz no me quiero imaginar que le hizo a la novia, pobrecita.

— A lo mejor terminó con él, por eso fue para donde ti e hizo ese escándalo.

— Agh — se frotó los ojos y dejó caer su cabeza en su cama —. No quiero ni pensar cuán rápido se esparcio la noticia, ¿Crees que llamen a mi mamá?

— No deberían, sucedió fuera de las instalaciones, por lo que no es culpa de la escuela, y en todo caso que sucediera; el chico sería sentenciado y tú no, pues no le hiciste nada.

Felix asintió, pensaba que estas cosas sólo pasaba en las películas que veía con su mamá en la televisión.

— Tú cuarto es bonito.

Asintió, para luego abrir los ojos de golpe y caer en cuenta en la situación en la que estaba.

Después de aquel alboroto, fueron a su casa a curar su herida y no había pensado que era la primera vez que Chan estaba en su cuarto, el cual estaba desordenado.

— ¿Cómo puedes decir que esta bonito si hay ropa regada por todas partes? — dijo avergonzado mientras recogía la ropa.

— Huele a ti y se parece a ti.

— Sí, pero igual está todo desordenado, lo limpio los fines de semana porque mi mamá no se mete a limpiar para acá — confesó —. Dijo que ella no se metería más a este cochinero y soy el que lo limpia.

El alfa soltó una risita nasal mientras ayudaba al omega.

— ¿Hello Kitty? Eres tierno — se rió mientras tomaba un boxer.

— ¡No veas eso, metiche! — trató de quitárselo pero ya lo había tirado a la ropa sucia.

— ¿De casualidad no tendrás puestos uno de Badtz Maru? Era mi personaje favorito.

— ¡Deja de decir eso! E-es vergonzoso — le regañó avergonzado.

— ¿Felix avergonzado? Pensé que ese era mi rol.

— ¡Ya! Se supone que el desvergonzado soy yo — le dio un golpe en el hombro mientras lo abrazaba.

— Sigo siendo un alfa, así suelen ser los alfas — dijo hinchando su pecho.

— Pero tú no eres como los demás, tú eres un algodón de azúcar.

Chan tomo el rostro del omega, observando detalladamente cada parte de su cara.

— ¿Ahora no ha...?

Beso los labios del omega callando sus palabras, éste se dejó llevar mientras enrollaba sus brazos alrededor del cuello de Chan, atrayendo el cuerpo del alfa más cerca del suyo.

Estaban tan sumergidos en su mundo que casi vuelan cuando la voz de la madre de Felix resonó.

— ¡Felix, ya estoy en casa!

El omega rápidamente se separo del alfa, quien lo veía también sorprendido, no había pensado en que la mamá de Felix llegara.

— Es mi mamá, ¿Qué hacemos?

Chan lo pensó un poco, hablando después de unos segundos

— Quiero conocerla.

— ¿Estás seguro? — preguntó, quería que Chan conociera a su madre, pero no porque estuviera bajo presión.

— Ya soy tu novio, creo que ya es momento.

Felix sonrió, dejando ver dos líneas en vez de sus ojos, y Chan sintió que se enamoró un poco más del chico.

Lee Hyeri nunca pensó vivir el momento donde su criatura más pequeña éste parada enfrente de ella con su mano entrelazada con la de un alfa mientras le decía:

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Lee Hyeri nunca pensó vivir el momento donde su criatura más pequeña éste parada enfrente de ella con su mano entrelazada con la de un alfa mientras le decía:

— Mamá, él es Bang Chan, mi novio — lo presentó.

— Es un gusto conocerla, señora Lee — el alfa hizo una reverencia.

— ¿Eres al que mi hijo le cocino?

Las mejillas de Felix se encendieron en un color rojo mientras Chan sonreía.

— Sí, cocina muy bien, me dijo que lo aprendió de usted.

La mujer examinó al alfa, ojos un poco rasgados, piel blanca, altura que tal vez llegaba al 1.75, cabello negro, vio como acariciaba la mano de su hijo con el pulgar, sabía que aunque no lo aparentaba, estaba muy nervioso.

Es el indicado para nuestro Felix. Le dijo su loba.

Y si ella lo decía, era porque tenía razón.

— El gusto es mío por conocerte, Chan — se levantó y se acercó hasta la pareja, extendiendo la mano en forma de saludo —. Soy Lee Hyeri, mamá de Felix.

El alfa aceptó gustoso el saludo, por dentro Felix estaba aliviado porque su madre haya aceptado a Chan.

— Pero no crean que se salvarán de mi ronda de preguntas, a la cocina.

Les dijo mientras se dirigía hasta la cocina, Chan y Felix se miraron, para después sonreír.

La tenían.

La tenían

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  Rebel omega » chanlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora