Parte doce

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A la mañana siguiente Chan ya se había ido puesto a que tenía que ir a trabajar, no sin antes dejarle el desayuno listo al omega, además de traerle algunas camisas para que el omega se sintiera protegido al tener su aroma cerca

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A la mañana siguiente Chan ya se había ido puesto a que tenía que ir a trabajar, no sin antes dejarle el desayuno listo al omega, además de traerle algunas camisas para que el omega se sintiera protegido al tener su aroma cerca.

Y luego de tres tortuosos días, el alfa iría a buscar al omega para llevarlo a una cita.

Le pidió el carro prestado a su madre para no tener que ir en bus o caminar, no sin antes prometerle que no causaría ningún accidente.

Cuando estuvo enfrente de la casa de Felix se bajó del vehículo, tomó el ramo de tulipanes que compró esa misma tarde y luego de tomar aire, tocó el timbre.

Luego de unos segundos la puerta se habrío dejando ver el rostro de su lindo novio, quien al verlo no pudo evitar sonreír.

— Hola — el rubio se tiró encima del alfa antes de que pudiera terminar de hablar —. Hey, parece que no nos vemos desde hace años dijo mientras reía, abrazando con delicadeza el cuerpo de su novio.

— Te extrañé, mucho — confesó.

— Yo también te extrañé mucho — dijo mientras se separaba del chico para mostrarle el ramo —. Tus favoritas.

— Chan — no pudo evitar sonreír.

— Ya tenemos que irnos, ¿Está listo para este día, su majestad? — preguntó ofreciendo su mano al chico, quien rió ante la acción, tendiendo su mano.

— No puedo esperar más.

Chan decidió llevar a Felix al parque de diversiones, este le había dicho hace un tiempo que cuando era más pequeño amaba que su madre lo llevara, por lo que quiso que ésta fuera su primera parada

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Chan decidió llevar a Felix al parque de diversiones, este le había dicho hace un tiempo que cuando era más pequeño amaba que su madre lo llevara, por lo que quiso que ésta fuera su primera parada.

Aunque Chan se replanteaba seriamente si era una buena idea.

— ¡VOY A VOMITAR! — gritó cuando la montaña rusa empezó a bajar de golpe.

Felix no podía evitar reír ante las incoherencias que decía su novio por el miedo, tomando su mano para que no tuviera tanto miedo.

— No me vuelvo a subir a ese infierno — dijo cuando se bajaron.

— ¿Ni por mi? — sobornó el rubio aleteando sus pestañas.

— Mmm, puede ser.

Luego, para calmar un poco más las aguas, fueron hasta el carrusel.

— Hey, esto si me gusta — dijo cuando la atracción empezó.

— ¿Es porque es más tranquilo?

— Sí, aquí no siento que voy a vomitar.

Después, fueron hasta la atracción favorita del menor: Los carritos chocones.

— ¡Coño, deja de chocarme! — se quejó Chan cuando Felix chocó contra él — . ¡Ayuda, este loco no me deja conducir bien! — gritó cuando el omega no paraba de perseguirlo, haciendo reír al rubio a más no poder.

Luego de bajarse, decidieron ir a tomarse un descanso y comer helado.

Cuando Chan llevó los helados a la mesa Felix se veía algo incómodo.

— ¿Qué sucede? — preguntó confundido.

— La señora de allá nos anda viendo feo, incluso hizo una mueca cuando vió que nos tomábamos de las manos.

Chan volteó hasta donde la señora, viendo que efectivamente, la señora los veía con asco.

— Vieja envidiosa, como se ve que no le han dado hoy — expresó el omega tomando la mano del alfa.

— Eres un caso, Felix — dijo Chan mientras reía ante las ocurrencias de su novio.

— ¿Qué? Yo solo digo la verdad — dijo sin prestarle mucha importancia.

Chan sólo pudo sonreír más mirando embobado a su novio, sí, amaba a ese chico.

Chan sólo pudo sonreír más mirando embobado a su novio, sí, amaba a ese chico

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  Rebel omega » chanlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora