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«¿Qué harás después de graduarte?»
Era la pregunta que rondaba por la cabeza de Chan desde que las clases finalizaron.
Había aprobado con éxito todos sus exámenes consiguiendo un promedio impecable, haciendo que oficialmente estuviera en su último año de secundaria antes de entrar a la universidad.
Y eso era lo que le aterraba.
Se supone que a estas alturas ya tendría que saber qué haría después de culminar sus estudios, se supone que ya tendría previsto cuál carrera querría estudiar y en qué universidad lo haría, pero Chan no sabia nada de eso.
Es por eso que se encontraba en medio de una mini crisis existencial, sintiéndose estúpido por no saber qué sería de él en el futuro.
Si ni el mismo sabía que haría, ¿Quién lo sabía? No quería defraudar a sus padres, tienen tantas expectativas en él que no soportaría decepcionarlos.
¿Debería estudiar ingeniería? No, tuve buena nota en física por los puntos extra de la catedral.
¿Medicina? No, mucha sangre.
¿Contaduría? Jamás se me han dado bien los números...
¿Y si estudio...?
— ¡Bang Chan! — la voz de Felix lo sacó de sus pensamientos, haciéndolo salir de su trance y volviendo a la realidad.
Se encontraba en la casa del omega, estaban viendo una película de la cual Chan ya ni recordaba el nombre.
— ¿Qué pasó? — preguntó desconcertando.
— Le estoy hablando desde hace rato y no me presta atención ¿Qué es lo que piensa tanto? — preguntó Felix mirándolo fijamente.
Había notado que Chan estaba algo ido, como si hubiesen miles de cosas en su cabeza.
Su alfa no estaba bien.
— Uh, no es nada, cosas sin importancia — dijo con simpleza, restándole importancia.
Sin intenciones de rendirse, Felix se sentó en las piernas del alfa y tomó sus mejillas, el alfa lo miró sin entender nada.
— Sé que tienes algo y eso te está preocupando, soy tu novio, sabes que puedes confiar en mi — insistió.
Chan miró al menor, soltando un largo suspiro.
— Es solo que... Ya me preguntaron qué haré después de graduarme, y yo no sé — comenzó a explicar —. Cuando empiecen las clases debo ir viendo qué carrera estudiaré y en qué universidad para llevar los papeles, pero no he pensado en eso.
Felix pudo ver los ojos de Chan que eso de verdad le estaba afectando, más de lo podía demostrar.
— Me da miedo estudiar algo que no me gusta y arrepentirme — confesó —. ¿Y si fracaso? No puedo decepcionar a mis padres.
— Y no lo harás, yo sé que no lo harás — animó — Una vez me dijiste una vez que querías estudiar música y ser productor — recordó cuando en una de las veces en donde él pelinegro le tocaba una canción en el piano se lo llegó a mencionar.
— Y quiero, pero los demás dicen que me moriré de hambre si lo estudio — explicó recordando la cara de disgusto de su tía cuando se lo dijo.
— Si es realmente lo que te gusta y quieres, solo hazlo, no le prestes atención a los demás, la vida es tuya, no de ellos — acarició con delicadeza las mejillas del alfa —. Además, yo estaré aquí para apoyarte, no importa lo que elijas.
Chan sonrió y abrazó al omega por la cintura, hundiendo su cara en el cuello del menor, disfrutando del delicioso aroma del omega que tanto lo calmaba.
— Gracias — dijo casi en un susurro pero que por la cercanía Felix lo escuchó claramente —. No solo por esto, desde que estás conmigo todo es mejor, sé que no te lo digo siempre, pero te amo Felix, más que a nada en este mundo.
Felix abrazó más al alfa mientras acariciaba su cabello, una sensación de paz instalándose en su pecho.
— Yo también te amo, Channie.
Por momentos así, Felix aseguraba una vez más que no se equivocó al elegir a Bang como su alfa.
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