Hola, Cellbit

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― ¿Y bien? ― expresó Spreen mientras se concentraba en hacer un digno desayuno para Roier, este lo miro con duda ― ¿A que te refieres, Spreen?― 

El menor acomodo su voz diciendo ― El chico que te pido matrimonio, ¿eso en que nos convierte?, somos solo amigos, verdad?― A Roier se le rompió el cerrazón  ―Ou― dijo con la poca voz que tenia tratando de no llorar.

                                                                                                     ❲ ༄ ❳

Roier se sentía como un estúpido, la pregunta de Spreen lo tomo por sorpresa y lo puso triste de una manera inimaginable, creo un vacío en su pecho y unas incontrolables ganas de llorar.

Aun que fue prudente, le dio a Spreen una excusa poco creíble y salió del apartamento en un abrir y cerrar de ojos, no tuvo tiempo de tan siquiera tocar el desayuno, cosa que desanimó a Spreen, el no era nada bueno cocinando, lo detestaba, pero lo había intentado por Roier, sin ni siquiera conocer él la razón. 

                                                                                                    ❲ ༄ ❳

Roier caminaba sin rumbo fijo, simplemente estaba pesando, no queria volver a casa porque no queria enfrentar la furia en los ojos de su padre Luzu y menos la lastima de los ojos de su apa, Quackity, pero tampoco podia volver con Spreen porque él solo lo veia como su amigo, no quería hacerse ilusiones. 

Su camino sin rumbo siguió por unas horas más, estaba perdido en sus pensamientos y emociones, no sabia que hacer, tal vez hablar con sus amigos, Aldo y Mariana, ellos eran pareja desde muy jovenes, habían pasado por problemas y desacuerdos durante todos estos años, si alguien podría ayudarlo serian ellos.

Con algo de duda tomó su teléfono de su bolsillo y marcó el numero de Mariana.
El teléfono sonó.

— Hola nalgón— dijo Mariana con alegría, a Roier le reconfortó la voz de su amigo —Hola wey— un silencio —tengo un problema...—

Mariana se preocupo — ¿Qué pasó, Roier?, ¿Estás bien?—

Roier sonrió con tristeza en su voz, soltando una pequeña risita, se quedó en silencio por un momento para poder organizar sus palabras

—Aldo está contigo?— Mariana hizo un ruido diciendo que sí —¿Puedo ir con ustedes?— Mariana tardó un momento en responder, dando a entender que le preguntó a Aldo que opinaba al respecto

Después de unos segundos Mariana respondió —Claro que si mien, puedes contar con nosotros— Roier sonrió —Gracias, amigo, voy en camino— después de eso colgó la llamada

Roier iba camino a la casa de sus amigos, casa la cuál compartían, se sentía feliz de tenerlos en su vida, eran las únicas personas con las que sentía cómodo, eso claro hasta que conoció a Spreen, pero justo ahora no sabía cómo sentirse con él

Su camino con cada paso se acortaba, solo le faltaba unas pocas calles, con cada minuto se sentía un poco mejor, al menos ya no sentía un nudo en la garganta, eso era algo

Su mirada baja le acortaba la mirada —Roier!— su atención se postró en algo o alguien, levantó la mirada, buscando de dónde venía esa voz, esa voz que conocía pero no recordaba

Encontró a la persona y ahí estaba, el hombro al que había dejado en el restaurante rodeado de sus conocidos -o conocidos de su padre-, ese hombre al cual había dejado de rodillas y con anillo en mano

Su pánico lo invadió mientras el hombre se acercaba, quería correr pero sus piernas no le respondieron, hasta que ya era tarde, el hombre estába a unos centímetros de él

—Cellbit...Hola—







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Tardé casi como dos meses en terminarlo, pero por fin pude, ojalá les guste

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⏰ Última actualización: Oct 05 ⏰

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