penthouse

110 15 6
                                    

Pasaron varios minutos en el coche, el viaje era largo y un tanto incomodo, Roier no quería abrir los ojos, pensó que si lo hacia todo desaparecería, sentía la mirada penetrante de Spreen sobre su hombro. Cuando menos lo pensó, se quedo dormido.


                                 ❲ ༄ ❳

― Roier, ya llegamos― dijo Spreen sacudiendo el hombro del mayor para que despertara de su gran sueño ― Hey, bello durmiente, despierta― Spreen no tenia éxito, así que sacudió el cuerpo de Roier con mas fuerza e insistencia.

― Mmh...que quieres pendejo?― dijo Roier con un tono enojado, pues odiaba que lo despertaran, mientras se tallaba los ojos para agudizar su vista.

Dirigió sus ojos a Spreen y por un momento pensó que estaba en el cielo, si había muerto en la calle y este era un sueño no quería que lo despertaran.

En su opinión Spreen era perfecto, con su mandíbula definida, sus hermosas pestañas, pero lo que más destacaba eran sus hermosos y profundos ojos, de un color  morado resplandeciente. 

Roier pensaba que podía admirar esos ojos toda la vida, se enamoro de ellos. Sin darse cuenta había pasado varios minutos contemplando esos ojos. ― Hey, wacho, ya llegamos, bajate―.

Roier no entendía lo que decía, dirigió su mirada afuera del auto y observó un gran edificio, con un fin más allá de las nubes.

 El mayor abrió la puerta del auto y bajo, mientras el contrario le daba las gracias al conductor, imitando la acciones previas de Roier. El menor cerro la puerta del auto, tomo de la mano al contrario dirigiéndolo al interior del gran edificio frente a ellos.

Roier no entendía nada, no sabia donde estaba y mucho menos quien era Spreen, ni siquiera tenia información como para  confiar en él, pero eso no le importaba, tenia una corazonada, existía una voz en su cabeza que le decía que confiara plenamente en el hombre junto a el y eso, por supuesto, es lo único que iba a hacer.



                                 ❲ ༄ ❳

―Spreen, donde estamos?― Dijo Roier cuando ya se encontraban dentro del elevador, Spreen, junto a él, dirijo su mirada a sus manos aún unidas ― Vamos a mi apartamento, esta en la ultima planta―.

Soltó la mano de el mayor.

―Dijiste que no querías volver a casa esta noche, no? ― Roier trago saliva pesadamente.

El elevador se abrió, Spreen dio un paso fuera señalándole a Roier que hiciera lo mismo. Los dos recorrieron un largo camino, o al menos eso pensó el mayor, hacia el penthouse del menor. Al llegar Spreen abrió la puerta, le dio el paso a Roier y seguido de él se adentro a su hogar.

Roier miraba con asombro el departamento del chico, era muy grande y con una increíble decoración, evidentemente era muy costoso, digno de un príncipe como Spreen 

Roier, perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta acerca de la mira curiosa de el menor sobre su hombro. ― Así que aquí vives?― Roier rompió el silencio y dirigió su mirada a Spreen ― Mmh― dijo en tono de respuesta ― No se porque no me sorprende, bueno, supongo que es de esperarse― soltó acompañado de una pequeña risa con algo de tristeza.

Spreen no entendió a que se refería con eso, pero decidió no insistir. Miro a Roier solo para encontrarse con la sorpresa de que el ya lo estaba viendo, los dos se dirigieron una mirada, había un silencio, pero no era incomodo, sino todo lo contrario.

Era cómodo, se sentía correcto, se sentía perfecto.

Roier creyó  que nada podía ser mas perfecto, pero se equivocaba. Spreen le dedico una tierna sonrisa y entonces el corazón de Roier  dio un vuelco, él sentía mariposas?

O mierda, sentía algo por ese completo extraño?, no, sentía algo por Spreen.

Déjame Conocerte  [spiderbear]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora