𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒆𝒄𝒐𝒏𝒅 𝑪𝒉𝒂𝒏𝒄𝒆 | McLennon

Ⅴ. Surprise!

Ya habían pasado un par de días desde la llegada de Lennon al departamento de su amigo McCartney; aquella noche en la cual él se encontraba devastado por el simple hecho de pensar en la muerte de John, aunque nunca se esperó de su regreso tan inesperado aunque al mismo tiempo fue un alivio y una señal reconfortante para él. Aunque aún ambos tenían muchas dudas y preguntas...

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Esta vez Lennon se había levantando primero, sin hacer mucho ruido, abrió la puerta de la habitación de su amigo y sonrió al verlo dormir con tranquilidad en su cama. Luego de haberse aseado, se dirigió a la cocina aún en pijamas, y comenzó a preparar el desayuno tanto para él como para McCartney.

—Veo que ya te has despertado... —dijo Paul entrando a la cocina mientras se sobaba los ojos.

—Buen día Paulie... —John colocó los huevos en la sartén y luego miró a su amigo—. Si, está vez quise levantarme primero. Y además preparar el desayuno.

—Me parece bien Johnny boy —McCartney sonrió y luego se apoyó en la mesada a un costado de Lennon—, ¿Cómo dosmiste?

—Dormí bien, ¿Y tú? —pasó los huevos a dos platos—. Ayer debías estar cansado...

—Si, dormí bien. Al menos hoy no tengo que tocar...

—Oh... —Lennon dejó de hacer lo que estaba haciendo para mirarlo—. Pensé que tendrías shows toda la semana...

Eso le hacía pensar a Lennon qué haría luego de que Paul ya no tuviera que dar conciertos en Nueva York y tenga que volver a su hogar en Inglaterra. «¿Qué había de él ahora? ¿Dónde viviría?»

—¿John? —su amigo preguntó reiteradas veces notando que Lennon no respondía.

—Oh... Ehh...

—Parecías estar en un... Trance —McCartney río un poco ante ello—. ¿Escuchaste lo que te dije antes?

—Lo siento, ¿Qué decías? —John prosiguió a servir los huevos revueltos en la mesa y sentarse, esperando a que su amigo le siguiera la acción.

Paul tomó asiento en la mesa enfrente de John y habló —No daré shows ya aquí... Pasado mañana regreso a Inglaterra... —McCartney se quedó pensando en ello al igual que Lennon.

—Claro... —John volvió a mirarlo, y parecía que pudieran comunicarse con la mirada.

—¿Qué pasa, Johnny? —Paul tomó el tenedor y miró la comida aunque pensar en el hecho de qué pasaría cuándo el se vaya le quitaba el apetito.

—Emm... Nada, nada Paul —John notó la forma en la que miraba la comida y se entristeció un poco—. No recordaba que era tan malo cocinando...

—¿Qué? Claro que no John, solo... Solo estaba pensando... —respondió su amigo  intentando sonreír para no poner mal a Lennon.

Hubo un silencio incómodo que perduró hasta que ambos se dignaron a comer y terminaron su desayuno.

—Déjame que yo lavo —ambos dijeron al unísono, y luego rieron aunque John se sonrojó un poco ante la escena.

—No, tranquilo yo lo haré —Paul se levantó y llevó los dos platos con los cubiertos al lavabo—. Tú ya cocinaste.

—Bueno, está bien... —Lennon se dirigió a la sala y tomó prestado el celular de su amigo y se tiró sobre el sofá con este.