Corazones Fracturados

187 18 12
                                    

Lamento la demora gente. Estaba trabajando en tres capítulos al mismo tiempo, los cuales serán publicados en el transcurso de todo este dia. Primero está parte, luego el segundo capítulo y luego el tercero. Espero les guste y de nuevo disculpen las faltas de ortografía, les juro que algún día tomaré un espacio para poder corregir la historia. Aclaro no soy experto en redacción así que no se mucho sobre el uso de la coma y el punto pero aún así los uso como puedo... Espero no moleste a nadie. En fin... Disfruten!!!.

-----------------------------------------------------------

Nasiens había recostado a Tristán sobre la nieve roja como la sangre, esperaba que al menos esl calmara un poco el dolor de las heridas recibidas. vio un poco su cuerpo, era fornido, más de lo que era hace un tiempo. Aunque el, Percival y Lancelot siempre habían tenido ese tipo de complexion musculosa sin verse de forma excesiva.

Al pensar en ellos, los recuerdos volvieron a su mente. Podía recordar vagamente todo lo que pasó. Una masacre, un ataque de sentimientos y su explosión emocional. Pero sus pensamientos vagaban más que todo en los recuerdos de su madre, las palabras que le había dicho sonaron hermosas. De un momento a otro vio el rostro de su madre llorando mientras veía hacia la nada. “No llores cariño, mamá está aquí. Ya no estás sola”. Una lágrima escapó de su mejilla sin permiso. Estaba destrozado por las cosas que había hecho. Se sentía en parte feliz pero... Había matado a personas inocentes, y eso era lo que menos quería.

-Gowther tenía razón... No soy mejor que ningún monstruo...- al sentirse triste recordó algo más mientras se sentía miserable. “No llores, eres hermosa”. Las palabras... La voz de Tristán resonó en ese pensamiento y para ella era hermoso. Limpio si lágrima con cuidado y vio el rostro de Tristán. Por un momento se perdió un poco en sus facciones y se acercó al príncipe nefelin juntando sus frentes. Podía sentir el olor de Tristán y su respiración. -Principito... Ese perfume es delicioso...- sintió algo de pena por lo que hacía pero no se detuvo. Vio sus labios mientras el permanecía inconsciente, tan cerca y tan lejos a la vez, estaban cara a cara y el rozo sus labio con la punt de sus dedos. Quedó cautivado por lo atractivo que se había vuelto el joven príncipe. Actualmente no sabía ni cuantos años tenía pues solo sabía que habían pasado 5 años mientras el vagaba por el mundo son rumbo pero... Se veía joven y atractivo. Eso no lo podía dudar. Una vez más esas palabras cruzaron su mente “eres hermosa”, un susurro empezó a escapar de sus labios como si solo estuviera diciendo lo que pensaba sin tapujos.

-Dicen que los demonios son seres malvados y horribles...- se alejo y destapo con cuidado la camisa casi rota por completo de Tristán y vio sus musculos hermosos, los cuadros casi perfectos en su abdomen, sus brazos fornidos que eran ocultos por las mangas de la camisa... Un pequeño sonrojo se poso en su rostro que se mantenía sin expresión alguna. Puso su mano y acaricio cada parte de su pecho con cuidado mientras descendía de a poco y con suavidad al botón del pantalón del que por encima sobresalía un poco de bello de su zona v. Paro en seco y alejándose con cuidado acomodo un poco su ropa y mantuvo su rostro sin expresión mientras el sonrojo desapareció. -¿Entonces porque tú eres hermoso y gentil?, ¿Porque siento la tentación de tocar tus labios con los míos?, ¿Porque en tu voz encuentro calma y tranquilidad?, ¿Porque siento que cuando veo tus ojos podría perderme cometiendo un pecado?... Tal vez sea verdad lo que dicen... Ustedes son seres malvados y horribles que incitan a cometer el mal provocando deseo y amor desesperado...- Vio por ultima vez al Bello nefelin recostado en la nieve Rojiza y se levantó, dio la vuelta caminando mientras subía las escaleras de aquel altar de piedra mientras recordaba con atención. Veía los rostros asustados llenos de miedo y arrepentimiento de todos los que alguna vez le hicieron daño. Juraba que iba a vengarse y nada más... Que solo les haría frente y les recordaría su existencia mientras veía como se podrían revolcándose en la culpa... Pero ahora... Ahora veía ese sentimiento... Lo veían con miedo... Una sonrisa se poso en sus labios mientras lágrimas empezaron a descender sin permiso. Era algo nuevo, una combinación espantosa que lo hacía sentir tan lleno y vacío al mismo tiempo.

Las reglas de la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora