Las reglas de la Historia

Sangre y Vino

Primero que nada gente, quiero advertirles que hoy postearé 3 capítulos en alternados de 1 hora y algunos minutos más. Pero debo recalcar que serán bastante gráficos y demostrativos. Así que debido al origen de mis perturbadores escenarios plasmados en esta novela les pido que por favor lo lean bajo su propio riesgo con discreción e eviten dejar comentarios ofensivos hacia los capítulos debido a su alto contenido violento o subido de tono. Sin mas que decir espero que lo disfruten.

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Gowther mostraba una sonrisa algo burlona frente a Elizabeth, quien yacía pálida como la nieve y con una mirada algo perdido. Tomo asiento en la mesa mientras le hizo señas a una de las damas de compañía. Mientras el tomo asiento la chica se acerco con una jarra de vino sirviéndole una copa.

-Mejor dejala querida...- Cualquiera que viera la situación. Sabría que el ambiente se había vuelto pesado ante la llegada de uno de los amigos más cercanos del rey, quien era conocido como su consejero. -Estoy seguro de que la reina necesitará algo que logré relajarla.- Elizabeth solo se quedó mirándolo de forma inexpresiva. Gowther por su parte no hacía más que tener una sonrisa de satisfacción al ver cómo literalmente había alterado hasta el último nervio de su querida amiga. -Vas a quedarte en silencio... ¿O hablaremos sobre el tema de los bastardos?.- la reina golpeó la mesa de inmediato alterada al oír esa palabra. -¡Fuera!, ¡Todos váyanse ya!.- tanto güila como las damas de compañía se fueron extrañadas por la situación... Menos güila quien no dudo en quedarse fuera de la habitación en caso de que algo sucediera, no menospreciaba la fuerza o voluntad de la reina... Pero tenía miedo de lo que el muñeco podría llegar a hacerle a su majestad, pues ella vivió en carne propia y el recuerdo y trauma aún prevalecen.

Por otra parte al momento de todos retirarse y cerrar las puertas de la habitación. Los únicos presentes se miraban entre ellos, Elizabeth con una mirada y emociones indescifrables y Gowther con una sonrisa y actitud llena de sorna y altanería, y quien no lo estaría al descubrir semejante información. -Tal parece que ese término te molesta... ¿Acaso no es lo que son?.- Elizabeth no decía nada, no hacía nada, no pensaba nada, solo se dedicó a mirar a Gowther de pie frente a el, distanciados solo por la mesa y la comida y bebida en ella. -Ni siquiera te molestas en negarlo... ¡Que falta de pudor mujer!, ya no hay temor a dios.- Elizabeth lo vio solo por un momento y luego una sonrisa desganada se formó en sus labios. -¿Temerle a que dios?...- La sonrisa de Gowther desapareció casi de inmediato. -Todos están muertos Gowther... Los matamos a todos. El mundo necesita a un dios, ya sea a uno bueno o malo... Tú lo has de haber sentido más que nadie. La magia... Se ha vuelto decadente y poco a poco se ha ido apagando.- Elizabeth vio una vez más a Gowther y luego tomó asiento de nuevo, con delicadeza y educación tomo un sorbo de la copa de vino que yacía frente a Gowther terminando casi de inmediato y sirviéndose más. -He perdido gran parte de mi poder... Cada vez más me cuesta cambiar. Las hadas, gigantes, demonios incluso los espíritus siguen igual... Sirenas... Unicornios...- Elizabeth pudo ver el semblante serio de Gowther con un poco de preocupación al igual que ella. -Tú y también yo... Los que vivimos del verdadero poder de una fuente de magia constante y perpetua... No extinguimos, pedazo a pedazo... Pero nos vamos apagando a fin de cuentas.- Gowther vio a Elizabeth y su semblante cambio por un momento a uno de preocupación. -No te preocupes por eso... Estoy trabajando en ello... Garantizar mi supervivencia depende de eso. Así que solo necesito un poco más de tiempo...- Vio a Elizabeth relajarse un poco más debido a su seguridad. -Siempre has sido el más inteligente de todos nosotros, ¿No es así?... Cada que nosotros avanzamos un paso tú estás tres por delante. Debe ser cansado tener que lidiar con los susurros y secretos de los demás. Y hablando de secretos, estoy muy segura de que no viniste para hablar conmigo sobre algo que obviamente está pasando y afectando a todo el equilibrio mágico en los 5 reinos pero que nadie más, o no nota... O no se interesan en notarlo... Dime... ¿Como es que supiste sobre los niños?, nadie sabía de su existencia. Fui cautelosa con todos... Incluso con Meliodas.-