Las reglas de la Historia

Flores Carmesí

Hola gente!. Bueno vuelvo y repito deben de ver el fanfic "Dolor Ardiente" para poder entender este. Como mencioné este capítulo será largo pero trate de acortarlo tanto como pude. Espero lo disfruten tanto como yo disfrute escribiendo lo. Por favor dejen sus comentarios y voten por la historia para llegar a más gente. Miren que no cuesta nada porfis!.

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Nasiens estaba viendo el gran árbol del bosque de las hadas mientras pensaba en su próxima jugada. Algo le había llamado la atención de sentir hace rato ese poder tan particular entrar al bosque del rey hada, pero si presencia solo haría que su trabajo y objetivos fueran más fáciles de llevar a cabo.

-Siempre... Soñé con este momento durante 4 años... Nunca imaginé que el lugar que me causó tanto dolor, sería el mismo al que ahora estoy desesperado por entrar. En este momento, debo matar por completo la parte de mi que sabía que te necesitaba.- Sus palabras solo fueron escuchadas por el viento mientras una pequeña gota de sangre salía de sus ojos, recorrió su mejilla y se convirtió en humo en cuando se despegó de su piel. -Es hora de que me conozcan... Y que conozcan en lo que sus acciones me convirtieron.- un simple chasquido de dedos hizo que desapareciera en humo negro al instante.

Mientras tanto el funeral iba relativamente bien. Personas iban y venían ofreciendo sus condolencias al rey hada y la reina gigante, condolencias que no valían nada para ellos. Eso quedaba bien en claro al ver sus rostros.

Percival estaba en casi la misma situación. Estar en un lugar plagado de recuerdos dolorosos no le hacía para nada bien. A donde sea que fijaba la vista solo podía ver la imagen de nasiens, todavía puede recordar muy bien como se veía cuando se probó el vestido de boda que el mismo había diseñado y ordenado que confeccionarán para ella. Se veía tan hermosa y llena de vida... Desde el momento en que ella desapareció el se lamento toda su vida por no haberla raptado aunque fuera a la fuerza.

Tioreh estaba en una situación incómoda sin ninguna duda, pues antes de empezar el funeral sus padres se habían acercado a ella proponiéndole que conociera a Tristán. Ella supo de inmediato lo que pasaba, sus intenciones no eran normales y no necesitaba ser extremadamente lista para notarlo. Le habían propuesto a los padres de Tristán que arreglarán un acuerdo matrimonial entre sus hijos, pues como ellos lo veían necesitaban seguir adelante ellos más que nadie.

Se acerco a el poniéndose justo a su lado. -¿Imagino que a tí también te obligaron a esto no?.- Tristán solo veia hacia la nada fingiendo que prestaba atencion a las personas que llegaban. -Al menos no les fue necesario arrastrarme... Mis padres me dijeron lo del compromiso... Imagino que si te acercaste a mí es porque ya lo sabes.- Tioreh se quedó un momento viendo a Tristán y luego asintió.

-Esto en serio es una mofa, ¿No lo crees?... Es decir ni siquiera tenemos un cuerpo que enterrar y hacen todo un escándalo.- Tristán expresó su concordancia con un simple sonido. -la verdad pienso que después de 4 años quieren darle un cierre de una vez, no los culpo pero aún así yo seguiré buscando la. No me importa si me dicen loco o peor, pero cuando amas a alguien no puedes rendirte solo porque la muerte los separa... Aprendí eso de mi padre hace mucho ya.-

Tioreh dio una pequeña sonrisa mientras entrelazó su meñique con el de Tristán -Tu y yo tenemos un pensamiento muy parecido. Vamos a llevarnos muy bien.- Tristán sonrió y vio a Tioreh por un momento solo para voltear su mirada a la nada de nuevo manteniendo su sonrisa. -Nunca me daré por vencido... ¿Lo entiendes verdad?.- Tioreh asintió viendo hacia la nada igual que Tristán. -Lo se... Yo nunca podré ni pretendo llenar su lugar, solo quiero que hagas un espacio en tu corazón para mí si esto de la boda llega a confirmarse.- ambos voltearon a verse mientras juntaron sus manos entrelazando las por completo sintiendo la piel del otro. -Es una promesa, si vamos a ser marido y mujer... Supongo que debemos hacer el esfuerzo de amarnos el uno al otro.- siguieron mirándose por un rato hasta que voltearon su mirada viendo hacia la nada juntos. Simplemente disfrutando de la compañía del otro.