Capitulo 63: Un gran problema.

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Después de ser prisionero y torturado, Helios siguió a Galen y Beltrán hasta el campamento donde se encontraban sus hombres. Al llegar, vio que estaban reunidos alrededor de una fogata, acompañados por los dos jóvenes que habían luchado junto a Beltrán. Galen se dirigió a él:

-"Tengo que sellar sus poderes; informales".

Helios asintió y se acercó a sus hombres, que se levantaron preocupados y sorprendidos al verlo ensangrentado. Andreas y Tahiel también comprendieron el motivo por el que Beltrán había ido a buscar a Galen. Aunque Beltrán estaba al mando de la mayoría de los hombres, debía obedecer las órdenes de Evan, Griffin y Xander. Además, Orien no mantenía relación directa con él, por lo que Galen era la única persona a quien escucharía.

Helios asintió y se acerco a sus hombres, que se levantaron preocupados y sorprendidos al verlo ensangrentado.  A pesar de su rostro despreocupado, su aspecto, era un reflejo del sufrimiento que había padecido en manos de Evan. Las heridas y moretones en su cuerpo contaban una historia de dolor y resistencia.

Andreas y Tahiel comprendieron el motivo por el que Beltrán había ido a buscar a Galen. Aunque Beltrán estaba al mando de la mayoría de los hombres, debía obedecer las órdenes de Evan, Griffin y Xander, generales de alto rango que recibían directamente las órdenes del Príncipe Uriel, al igual que el.  Sin embargo, Beltrán obedecía a sus superiores por respeto, manteniendo un perfil bajo. 

Beltrán aún no había tenido oportunidad de establecer una relación directa con Orien, ya que era su primera misión juntos, por lo que Galen era la única persona a quien escucharia.

Gracias a eso, Beltrán liberó al comandante del Clan del Cielo. Observó que calmaba y daba instrucciones a sus hombres, pero no les dirigía la palabra a ninguno de ellos.

Cuando termino, volvió dónde lo esperaban Galen y Beltrán.

Galen le dio instrucciones:

-"Te quedarás en la tienda con Beltrán; estás a sus órdenes."

Helios asintió, mientras observaba a Beltrán, que había ido a hablar con Tahiel. Cuando terminó, se acercó a donde Helios estaba, pero no se detuvo; solo le ordenó de pasada:

- Vamos.

Helios lo siguió en silencio, pensando que al menos habían atendido a sus hombres.

Llegaron a la tienda y entró después de Beltrán, que encendió una lámpara para iluminar el espacio. Dentro, vio una mesa con dos sillas, varias plumas y muchos papeles ordenados. También había dos camas, ya que a veces Tahiel le venía a hacer compañía a Beltrán, aunque Helios no sabía eso.

Notó que Beltrán sacaba un maletín mientras le daba la espalda y decía:

-Quítate la ropa.

Helios levanto una ceja y no pudo evitar mirar a Beltrán con interés.

Cuando Beltrán se dio vuelta con el maletín en la mano, vio que Helios lo estaba mirando y le devolvió una mirada fulminante en respuesta.

Helios apartó la mirada hacia el costado con una sonrisa en su rostro, evitando que Beltrán lo viera.

-Tengo que curar tus heridas; quítate la ropa y siéntate.

Ordenó Beltrán, su voz firme y tajante resonó en los oídos de Helios.

No había pasado ni diez minutos desde que estaban en la tienda y Beltrán ya se arrepentía de meterse en este problema.

Helios se sacó la parte superior de la ropa y se sentó en la silla, mientras Beltrán ponía el maletín en la mesa y comenzaba a curar su hombro.

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⏰ Última actualización: 10 hours ago ⏰

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