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Dakota Jhonsson, una joven liberal y fuerte, se encuentra en el centro de una situación complicada. Su familia, una vez adinerada, ahora enfrenta la bancarrota. En un esfuerzo por salvar su legado, sus padres deciden casarla con la influyente...
"No me interesa si te agrado o no esto es un beneficio yo tampoco quiero casarme con una mujer que tiene el titulo de zorra,"dice misha mirándome con las manos en los bolsillos".
Me siento una oleada de ira y humillación al escuchar sus palabras.
"¿Cómo te atreves?", digo, mi voz temblando de rabia.
Misha se encoge de hombros, sin mostrar ninguna emoción.
"Es la verdad", dice. "Todos saben sobre tu reputación."
Me siento herida y ofendida.
"Mi reputación no es asunto tuyo", digo, intentando mantener la calma.
Misha se ríe.
"Tienes toda la razón", dice. "Como mi futura esposa, tu reputación es mi preocupación no quiero que me digan cuernudo."
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Me siento una sensación de repulsión y desprecio hacia él.
"No quiero casarme contigo", digo, mi voz firme.
Misha se saca las manos de los bolsillos y se acerca a mí.
"Yo tampoco", dice. "Pero no tenemos elección. Este matrimonio es un acuerdo de negocios, y no se puede cancelar."
Me siento atrapada y desesperada.
"Prefiero morir antes que casarme contigo", digo, mi voz llena de veneno.
Misha sonríe, su mirada glacial.
"Eso es una opción interesante", dice. "Pero no creo que sea posible. Tu familia necesita este matrimonio tanto como la mía."
Me siento una mezcla de alivio y enfado al verlo salir de mi habitación.
"¡Y qué pérdida!", digo, gritando detrás de él, con sarcasmo. "¡Qué tragedia que no seas mi tipo!
Me siento un poco mejor después de desahogarme, pero la rabia y la frustración siguen bullendo en mi interior.
Me pregunto cómo pude llegar a esta situación. ¿Cómo pude aceptar casarme con alguien como Misha?
Me miro al espejo y veo una persona atrapada, una persona que ha perdido el control de su vida.
"Suficiente", me digo a mí misma. "Ya no más."
Bajo a la cocina, sintiendo el rugido de mi estómago. La discusión con Misha me había hecho olvidar que no había comido nada en todo el día.
Al entrar en la cocina, veo a mi madre preparando la cena. El aroma de la comida me hace agua la boca.
"Hola, cariño", dice mi madre, sonriendo. "Estaba preocupada por ti. ¿Dónde estabas?"
"Estaba en mi habitación", digo, sentándome en una silla. "Tenía que descansar un rato."
