(+18)
Dakota Jhonsson, una joven liberal y fuerte, se encuentra en el centro de una situación complicada. Su familia, una vez adinerada, ahora enfrenta la bancarrota. En un esfuerzo por salvar su legado, sus padres deciden casarla con la influyente...
Lo beso con fuerza y muerdo fuerte su labio, sintiendo su sorpresa y su dolor.
Cuando me separo, Misha se lleva la mano a la boca, mirándome con sorpresa y un toque de ira.
"Sangras", digo, sonriendo con satisfacción.
Misha se mira los dedos, manchados de sangre.
"Estás loca", dice, con una mezcla de sorpresa y admiración.
Me río, sintiendo una emoción intensa.
"Me gusta dejar mi marca", digo, con una sonrisa pícara.
Misha se acerca a mí, su mirada intensa y apasionada.
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"Yo también", dice, y me besa con fuerza, devolviendo el favor.
Me siento envuelta en una tormenta de emociones, sintiendo que nuestra conexión es más profunda y intensa que nunca.
La sangre en sus labios es un recordatorio de la pasión y la intensidad que hay entre nosotros.
"Te vas a arrepentir de esto", dice, con una sonrisa peligrosa.
Me río, sintiendo que estoy lista para cualquier cosa que venga después.
Misha sonríe, su mirada brillando con desafío.
"Nena Deberías tener miedo", dice, su voz baja y seductora. "Porque ahora vas a ver la verdadera naturaleza de un hombre marcado."
Se acerca a mí, su cuerpo cerca del mío, y puedo sentir el calor de su aliento en mi piel.
"Pero no te preocupes", dice, su voz llena de ironía. "Te protegeré... de mí mismo."
Me mira fijamente, sus ojos buscando algo en los míos.
"¿O no?", pregunta, con una sonrisa peligrosa.
Me siento un escalofrío recorrer mi espalda, pero no retrocedo.
"No me das miedo, Misha", repito, mi voz firme.
Misha se ríe, la sonrisa creciendo en su rostro.
"Espera y verás", dice, y su mirada se vuelve oscura y intensa.
Misha sonríe, todavía con la sangre en su labio.
"Aja, sí, claro, Mish", repito, imitando su tono burlón.
Se limpia el labio con el dorso de la mano y se mira la sangre.
"Vamos a tener que hacer algo al respecto", dice, con una mirada pícara.
Saca un pañuelo de su bolsillo y se limpia el labio con cuidado.
"No quiero que te sientas culpable por haberme lastimado", dice, sonriendo.
Me mira con una expresión juguetona.
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"Pero no creas que esto te saldrá gratis", añade.
Me siento un escalofrío recorrer mi espalda al escuchar sus palabras.
"¿Qué vas a hacer?", pregunto, intentando sonar tranquila.
Misha se ríe y se acerca a mí.
"Todavía no lo sé", dice, su aliento cerca de mi oído. "Pero te prometo que será divertido".
Misha se ríe, su mirada brillando con admiración.
"Me gusta tu estilo", dice, su sonrisa cruel y sexy.
Se acerca un poco más, su rostro cerca del mío.
"Sabes, nena, eres la única persona que me ha hecho sangrar en mucho tiempo", dice, su voz baja y seductora.
Me mira fijamente, su mirada intensa y desafiante.
"Y también eres la única que me hace sentir excitado", añade.
Me siento un escalofrío recorrer mi espalda, pero me niego a mostrar debilidad.
"No me importa cómo te sientas", digo, intentando sonar indiferente.
Misha sonríe, su mirada burlona.
"Mentira", dice, su voz baja y peligrosa. "Te importo ".
Misha gruñe de sorpresa y placer cuando lo jalo y beso bruscamente, su sangre aún fresca en mis labios. Su cuerpo cede a la presión y se deja empujar hacia el sofá, nuestros labios aún unidos en un beso apasionado.
Su lengua se encuentra con la mía, y la tensión entre nosotros explota en un estallido de deseo y pasión. Me siento envuelta en su calor, su aroma y su fuerza.
Misha se sienta en el sofá, sin soltarme, y me atrae hacia él. Me siento sobre su regazo, rodeándolo con mis piernas, mientras seguimos besándonos con frenesí.
Su mano se desliza por mi cabello, agarrándolo con fuerza, mientras la otra se apoya en mi cintura, presionándome contra él. Siento su erección bajo mí y mi cuerpo responde con un estremecimiento de deseo.
"Diablos, nena", murmura, su voz ronca y llena de pasión. "No puedo contenerme contigo".
Me siento poderosa y seductora, sabiendo que lo he provocado hasta este punto. Pero también estoy asustada, porque sé que esto puede cambiar todo entre nosotros.
Misha jadea de placer y sorpresa cuando jalas su cabello hacia atrás, su cabeza inclinándose hacia atrás en respuesta.
Su ojos se encuentran con los míos, brillando con deseo y pasión. Su mirada es intensa, como si estuviera estudiando cada detalle de mi rostro.
Cuando paso mi lengua por su cuello, Misha cierra los ojos y se estremece de placer. Su mano se aprieta en mi cabello, tirando suavemente mientras su otra mano se desliza por mi espalda, presionándome contra él.
"Nena...", murmura, su voz ronca y llena de deseo. "Me estás matando".
Siento su pulso acelerado bajo mi lengua, y su calor se irradia hacia mí. Me siento embriagada por su aroma y su pasión.
Misha se inclina hacia adelante, su boca buscando la mía de nuevo. Nuestros labios se encuentran en un beso apasionado, nuestra respiración entrelazada en un ritmo frenético.
Su mano se desliza por mi cintura, hacia abajo, y comienza a subir mi falda. Me siento un escalofrío recorrer mi espalda mientras su dedo traza un camino de fuego en mi piel.
"¿Qué estamos haciendo?", pregunta, su voz baja y ronca.
"Pues nada",digo levantándome sonriendo esta era mi venganza.
Misha se queda sentado en el sofá, mirándome con sorpresa y confusión, su rostro aún flushed de deseo.
"¿Nada?", repite, su voz llena de incredulidad. "¿Me dejas así, después de... eso?"
Se levanta del sofá, su mirada intensa y demandante puedo ver su erección .
"¿Qué juego estás jugando, maldita sea?", pregunta, su voz baja y peligrosa.
Me río, sintiendo una satisfacción cruel.
"No es un juego, Misha", digo, sonriendo. "Es mi venganza. Por todo lo que me has hecho pasar."
Misha frunce el ceño, su expresión oscureciéndose.
"¿Venganza?", repite. "¿Qué te he hecho?"
Me acerco a él, mi voz baja y venenosa.
"Me has provocado, me has desafiado, me has hecho sentir cosas que no quería sentir. Pero ahora soy yo la que tiene el control."
Lo miro fijamente, disfrutando de su frustración.
"Y ahora, me voy. Deja que te quedes con el sabor de la venganza."
Me doy la vuelta y me dirijo hacia la puerta, dejando a Misha atrás, con su mirada ardiente y su deseo insatisfecho.
