El día en que te conocí.
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Volví a despertar en la molesta sala del hospital. Esta vez, parecía estar sola. La habitación estaba en completo silencio, solo interrumpido por el débil pitido del monitor a mi lado y la débil luz del sol que se colaba por las ventanas y llenaba la habitación con una atmósfera desoladora. Con gran esfuerzo, logré incorporarme en la camilla y observé mi alrededor, como si al hacerlo pudiera encontrar alguna respuesta de lo que me había sucedido.
—Al fin despiertas, dormilona. Llevas dormida desde ayer —dijo una melosa voz, casi juguetona.
Reconocí la melosa voz del día anterior. Giré la cabeza con cuidado y allí estaba, a mi lado, una chica de cabello negro que me sonreía desde su propia camilla. Llevaba un respirador artificial, lo que le daba un aire frágil pero aun así permanecía con una cálida sonrisa en los labios. La observé con curiosidad, y una sensación de empatía me invadió. Le devolví la sonrisa, aunque apenas perceptible.
—Disculpa... ¿quién eres exactamente? —pregunté, mi voz apenas era un susurro, sin querer romper el frágil silencio de la habitación.
—¿Qué quién soy? —respondió con una alegre sonrisa—. Soy Haewon, tu compañera de sala en este hospital. Un gusto conocerte, ¿Lily, cierto? .. Te vi cuando llegaste. Estabas completamente cubierta de vendas... Eres realmente fuerte al sobrevivir en ese incidente.— Haewon respondió alegre y serena, descolocándome un poco ante su mención de sobrevivir a algún incidente.
—¿A qué te refieres con un incidente, Haewon? No recuerdo nada de ningún incidente... —contesté, sintiendo cómo la preocupación crecía dentro de mí, mientras la desesperación comenzaba a volver poco a poco.
—Tranquila, eso pasa a veces. A mí también me tomó tiempo recordar lo que había sucedido... pero es mejor no revivir malos momentos, ¿sabes? —dijo Haewon, sonriéndome de manera tranquilizadora. Sin embargo, su sonrisa me resultaba extrañamente familiar. No podía decir de dónde venía esa sensación, pero algo en mi pecho se agitó.
Mire a Haewon con curiosidad sintiendo una familiaridad provenir de ella, pero no reconocía nada con exactitud, con intriga por saber mas de ella pregunte que le había ocurrido.
—Disculpa, Haewon, si no te molesta que pregunte que te paso exactamente a ti?—.
—Oh, tengo esclerosis lateral amiotrófica. Es una enfermedad que afecta algunos músculos, pero no es realmente grave. Solo debo permanecer en el hospital por unos meses más —me contestó Haewon, despreocupada y con una sonrisa en los labios. Sin embargo, había algo en su voz que sonaba como si ocultara algo más. No pude evitar preocuparme por ella, a pesar de que era una desconocida. Había oído que esa enfermedad y lo grave que podía que podría ser, sentí que mi pecho se contraía ante su respuesta. Sin embargo, solo asentí con la cabeza, intentando no parecer entrometida.
La tarde con Haewon pasó en un parpadeo. Hablar con ella fue divertido y relajante; en solo un par de horas, logramos conectar mutuamente y convertirnos en buenas amigas. Haewon me hizo sentir extraña y cálida, como si con ella estuviera completa a pesar de nuestras diferentes situaciones. Quizás seria el comienzo de una linda historia
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Los últimos días del otoño -Haely
RomanceQuien diría que un otoño tan desolador llegaría a conocerte a ti, contar nuestra historia no sanara mi corazon destrozado, pero dejara un recuerdo imborrable de mi primer y ultimo amor. Se que, aunque te espere, será imposible que vuelvas, pero aun...