Capítulo 2

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Contemplaba su silencio y su tranquilidad, hacía que todo parezca perfecto, se veía como un ángel leyendo su novela. Me dirigió la mirada y justo vio que yo la observaba.

-Por qué me miras?

-Es que tienes unos ojos muy bonitos, le sonreí amablemente.

-Gracias, tu también.

Los rayos del sol hacían que su cabello brillara más de lo normal, se podía hacer todo tipo de peinado ya que no tenía risos y era bastante largo. 

Caminábamos por la calle principal, no pasaban muchos autos, como solían pasar, siendo estás siempre transitada por muchos peatones. 

Recuerdo que hacía mucho frío, estaba tan abrigada, que cuando caminaba parecía un robot. Páris caminaba de lo más normal, como si el frío no le afectara para nada, traía un bolso de cuadros negros y blancos, ya que ese día habíamos tenido taller de arte y teníamos que traer algunas  osas que el taller no podía brindar porque eran muy costosas.

Páris pinto un cuadro con un paisaje, una apuesta de sol que se veía fascinante y unos árboles que se veía estaban en movimiento por el viento. Yo solo intente dibujar y luego pintar sus ojos, pero no podía conseguir el color de sus ojos, así que termine por pintarlos de un color café muy claro, no quedaron exactamente como los de ella, pero si se podía apreciar que fue un intento de copiar su ADN, un intento que le salió mal, lo mío no era la pintura ni el dibujo claro estaba. Desde pequeña detestaba dibujar con crayones, lápices y demás. No se como fue que pude aprobar dibujo en la primaria. 

Luego de llegar a la esquina, doblamos a la derecha y nos fuimos a nuestras casas.

-Qué es lo que pasa?

Eso fue lo que me pregunte al escuchar los gritos aturdidores de mi madre, que cuando se enojaba y gritaba, lo único que querías era salir corriendo o te quedabas sordo. Por suerte a mi no me pasaba, pues cuando estaba dentro de ella ya gritaba. Y gracias ha esos gritos me adelante dos semanas antes de la fecha que le habían indicado.

Estaba en el porche, esperando para ver si los gritos se oían menos, pero no fue así.

Decidí entrar, un poco preocupada y atenta por las dudas que mi madre le arrojara a mi padre algún florero o lo que tenía más cerca suyo. Tuve suerte y no fue así, ya que si me pegaba en la cabeza seguro moría. Al parecer dios no me quiere junto a él. Claro, no soy un angelito entre la sociedad, y mucho menos yo.

-Qué sucede aquí?  ¿Por qué tanto gritos y peleas? 

-Pregúntale a tu padre. O mejor dicho mira esto. Dicho esto la futura ex esposa de Butterfield

le pasa el celular del padre de Alex.

Ella se enojo como su madre, al ver una conversación con una de las empleadas de mi padre. Ha Alex nunca le cayeron bien esas empleadas.

La conversación iba en plan: Podemos vernos? Te extraño chiquita. Y otras cosas más que ya ni quería nombrar.

Como casi toda una adulta, Alex le dio la oportunidad de que pudiera explicar que es lo que pasaba entre mi padre y su ''empleada''.

-Por fin una de las dos piensa como adulto y me deja hablar, llevo horas intentando hablar con tu madre pero solo se le da por gritar y sin mencionar el hecho de que quiso tirarme un jarrón de flores, o algo que casi me parte la cabeza en dos. 

-Primero que nada, el mensaje de ''te extraño chiquita'' era para ti hija. Sí admito que muy pocas veces un padre le dice ''chiquita'' a su hija y me he equivocado de destinatario, error de humanos, no soy un extraterrestre; y segundo; el otro mensaje fue porque teníamos que cenar con los turcos de la empresa turca Alldin Ozturj, una cena muy importante para nuestra empre... No pudo terminar porque Alex como aún era una adolescente inmadura, no se resistió a hablar.

Noche de letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora