⠀⠀⠀⠀ 𝗐𝗈𝗆𝖺𝗇'𝗌 - 𝗡𝗦𝗙𝗪

29

─ ✩ 𝐏𝐀𝐈𝐑𝐈𝐍𝐆 ; blitzø + fem!reader

Empujas la pesada puerta que da a la sede de los 𝗶𝗺𝗽, esperando oír la habitual cacofonía de voces y las travesuras que suelen acompañar un día de trabajo típico.

En cambio, te encuentras con un silencio inquietante,la ausencia de la charla de Moxxie, la risa estridente de Millie e incluso los comentarios sarcásticos de Loona hacen que el lugar se sienta extrañamente tranquilo.

Levantas una ceja, te encoges de hombros ante la inusual quietud y decides dirigirte directamente a la oficina de Blitzo.

Las paredes adornadas con contratos y fotos de tareas pasadas se cierran sobre ti mientras avanzas por el pasillo. Siempre has sentido una tensión extraña y eléctrica entre tú y Blitz.

Las miradas robadas, los toques persistentes... sin embargo, ninguno de los dos se ha atrevido a cruzar ese límite.

Cuando te acercas a la oficina de Blitzo, no puedes evitar sentir un aleteo en el pecho.

¿Estaba siquiera allí? Se han estado mirando el uno al otro desde hace una eternidad, pero las circunstancias, o tal vez solo pura cobardía, han mantenido las cosas entre ustedes estrictamente profesionales.

Tocas suavemente la puerta de Blitzo, esperando ya que se abra sin respuesta.

Para tu sorpresa, la puerta se abre casi de inmediato, revelando a Blitzo reclinado en su silla, con los pies apoyados en el escritorio abarrotado de papeles y botellas de whisky vacías. ¿Te estaba esperando? Clásico.

─ Ah, si no es el empleado más follable el que entra por esa puerta ─ dice Blitzo arrastrando las palabras, sus ojos rojos se iluminan con picardía mientras observa tu apariencia.

─ Te tomó bastante tiempo ─ Poniendo los ojos en blanco pero sin poder ocultar la sonrisa burlona tirando de tus labios, entras en la habitación y cierras la puerta detrás de ti.

─ Parece que todos decidieron hacer novillos hoy. ¿Incluso Loona? ─ Blitzo se ríe entre dientes, bajando los pies al suelo mientras se inclina hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio.

─ Sí, algo así. Mox y Mil... más como un "día familiar" o alguna tontería de ese tipo. Loona... no sé. Me dejaron aquí sola, ¿puedes creerlo? ─

No dices nada. Te acercas al escritorio. Son solo tú y él. Blitzo rompe el silencio primero.

Su voz ronca y cargada de una vulnerabilidad desconocida. ─ Sabes, a pesar de toda la mierda por la que hemos pasado, todas las experiencias cercanas a la muerte y las tareas jodidas, hay algo que he querido decirte. ─

Tu corazón late fuerte en tu pecho mientras te inclinas, cautivada por la intensidad de sus ojos.

─ ¿Ah, sí? ¿Y qué es eso? ─ Sonríe, con un brillo diabólico en su mirada mientras se estira sobre el escritorio, sus dedos rozando ligeramente los tuyos.

─ A la mierda con el papeleo. ─ Antes de que puedas procesar lo que está sucediendo, Blitzo está de pie frente a ti, sus brazos te envuelven, atrayéndote hacia un beso brusco.

Tus labios chocan contra los suyos mientras él aprieta su agarre sobre ti, sus manos vagando sobre tu cuerpo, desesperadas y hambrientas.

Él muerde tu labio inferior, ganándose un gemido de ti, y sus lenguas bailan juntas mientras profundizas el beso.

El calor se acumula en tu centro cuando la mano de Blitzo se desliza debajo de tu top, sus garras arañando tu espalda. Él te empuja sobre el escritorio, y te encuentras atrapada debajo de él, su cuerpo presionándote contra la superficie de madera.

El sonido de la tela rasgándose llena la habitación mientras Blitzo te arranca el top, exponiendo tu pecho desnudo,baja su boca a tus pechos, su lengua jugueteando con tus pezones antes de succionarlos.

Te retuerces debajo de él, tu respiración se entrecorta mientras sus dedos recorren tu estómago y debajo de la cinturilla de tus jeans.

─ Dime que quieres esto ─ murmura Blitzo, su voz ronca por el deseo mientras sus dedos rozan tu clítoris.

─ Sí, por favor, te deseo ─ susurras, tu propia voz tiembla mientras te aferras a él. Eso es todo el estímulo que necesita.

En un borrón de movimiento, Blitzo te quita los pantalones y la ropa interior, tirándolos a un lado mientras se arrodilla entre tus piernas.

Su lengua roza tus pliegues, haciendo que muevas tus caderas contra él,se ríe entre dientes, su aliento caliente contra tu piel sensible, antes de empujar su lengua dentro de ti.

Dejas escapar un gemido cuando comienza a lamer y chupar tu entrada, sus dedos masajeando tu clítoris. El calor dentro de ti es insoportable y arqueas la espalda, tratando de atraerlo más profundamente dentro de ti. Blitzo se aleja, sus ojos ardiendo de lujuria mientras te mira.

─ Dios, sabes tan jodidamente bien ─

Te agachas, agarras su cuerno y guías su cabeza hacia tu coño goteante.

Él gime contra ti, su lengua se hunde dentro de ti una vez más, enviando ondas de placer a través de tu cuerpo.

Los sonidos húmedos de su boca contra tu coño resuenan por toda la habitación, mezclándose con los sonidos de tus gemidos y gemidos.

Sientes que te acercas cada vez más al clímax, tu agarre en su cuerno se aprieta.

─ Joder, Blitz ─ gimes, tus muslos tiemblan mientras te tambaleas al borde de la liberación. De repente, Blitzo se detiene, alejándose de ti. Gimes, la pérdida de su toque te deja sintiéndote fría y vacía.

─ ¿Por qué te detuviste? ─ jadeas, tus ojos suplicando que continúe.

─ Creo que puedes hacerlo mejor que eso ─ sonríe Blitzo, su mirada nunca deja la tuya mientras se levanta lentamente y se desabrocha los pantalones.

Tus ojos se abren de par en par cuando su polla se libera, ya dura y palpitante.

Sus manos agarran tus muslos, separando tus piernas mientras se posiciona entre ellas. Te muerdes el labio mientras él entra en ti, tus paredes se estiran para acomodarse a su tamaño.

Él gruñe, sus manos se hunden en tu carne mientras comienza a empujar dentro de ti.

La sensación de él llenándote, su polla golpeando cada punto correcto, es casi demasiado para soportar. Gritas, arqueando tu espalda mientras él embiste dentro de ti, sus movimientos frenéticos y desesperados.

─ ¡Oh, joder, blitz! ─ gimes, tus manos agarrando sus hombros, aferrándote con todas tus fuerzas.

─ Así está mejor ─ gruñe, su voz entrecortada y llena de necesidad.

Sus dedos se hunden en tus muslos, el dolor se mezcla con el placer, enviándote en espiral hacia tu liberación.

Tus músculos se tensan, tu cuerpo hormiguea con la deliciosa fricción de él moviéndose dentro de ti.

─ ¿Vas a correrte para mí, nena? ─ susurra, sus ojos fijos en los tuyos.

─ ¡Sí! ─ gimes, el calor que se acumula dentro de ti llegando a un punto de ruptura. Blitzo sonríe, sus embestidas se vuelven más erráticas, más frenéticas.

─ Adelante, córrete para mí ─ gritas, la espiral de placer dentro de ti se rompe cuando alcanzas tu punto máximo.

Tu cuerpo se sacude con la fuerza de tu orgasmo, las olas de placer se estrellan contra ti, dejándote sin aliento y agotada.

Blitzo deja escapar un gemido gutural, su polla late dentro de ti mientras se deshace.

Sus caderas golpean contra las tuyas, el húmedo golpe de piel contra piel llena la habitación mientras se vacía en ti.

Te derrumbas sobre el escritorio, sudorosa y jadeante, el resplandor eufórico de tu orgasmo te invade. Blitzo se inclina sobre ti, su rostro a centímetros del tuyo, sus ojos rojos mirándote.

─ Mierda ─ dice, una sonrisa satisfecha se extiende por su rostro.