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𓏲 ๋࣭𝘛𝘳𝘢𝘥𝘶𝘤𝘤𝘪𝘰́𝘯es 𝘕𝘚𝘍𝘞
Ninguna de estos son mios
Mal redactadas
Traducción literaria
Faltas de ortografía
Favor de evitar malos comentarios
Crédito a sus respectivos creadores.♡
Ser un nuevo pecador en el infierno seguramente no fue fácil. Pero cuando Charlie te llevó al hotel, te sentiste cada vez más atraído por nada menos que el mismísimo Demonio de la Radio. Afortunadamente para ti, su cariño por ti creció día a día, y descubriste partes de él que muchos no llegaron a ver, ni siquiera cuando todavía era humano. Pero, por desgracia, el infierno estaba lleno de otros tipos de demonios, algunos de ellos más espeluznantes que otros.
Todo empezó con mensajes de texto aleatorios de un número desconocido. Parecían dulces e inocentes, probablemente alguien que se había equivocado de número, así que al principio los ignoraste.
"Hola amorcita, espero que tu día sea tan hermoso como tú !"
Pero poco a poco se fueron volviendo más… preocupantes.
“Amorcita, te vi pasar por mi estudio hoy. Te ves absolutamente deslumbrante”.
De alguna manera, el acosador parecía saber siempre dónde estabas: en el hotel, en Ciudad Caníbal o simplemente paseando por Ciudad Pentagrama... siempre lo sabía. Pero tú no se lo decías a nadie. Después de todo, era el infierno, por supuesto que iba a haber tipos raros aquí. Además, ¿qué podría pasar, no?
Pero una noche, en una conversación tardía con Angel Dust, decidiste mostrarle los mensajes. Sus ojos se abrieron de par en par inmediatamente después de que le entregaste el teléfono y la identidad de tu acosador te hizo sentir un gran dolor.
—¡¿Qué coño quieres decir con que es Valentino?! —espetaste, sorprendida por el hecho de que no era solo un demonio espeluznante cualquiera, sino uno de los mayores señores del infierno. Angel volvió a dejar el teléfono sobre la mesa y suspiró.
—Toots, estás metida en un buen lío... —dijo finalmente, con los ojos llenos de preocupación—. Deberías contárselo a Alastor.
—¡No! —protestaste—. ¡No quiero que Alastor haga un escándalo por esto! Son solo… mensajes, ¿vale? No hay necesidad de armar un escándalo.
—Cariño, con todo respeto, Valentino no se va a quedar con los mensajes. ¡Tú sabes muy bien cómo es! Si no se lo dices a Alastor, se lo diré yo mismo.
—¡Ángel, por favor! —colocaste tu mano sobre la suya, apretándola levemente—. Si se vuelve demasiado, se lo diré, ¿de acuerdo? Si anda derramando sangre solo por unos mensajes, nadie querrá venir nunca al hotel... ¡Por favor, no podemos hacerle esto a Charlie!
